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Más de 350 personas se concentraron ayer frente a la Administración Periférica para protestar contra la nueva Ley de Extranjería, que entró en vigor el lunes. Los sindicatos CITE-CCOO, USO y las asociaciones de inmigrantes Al Maghreb (marroquíes), Yapo (senegaleses), Ciudadanos de Ghana, Musulmanes africanos, Argentinos en Balears, Asociación de los Uruguayos, Asociación de Nigerianos, Nobels club of Nigeria, Asociación de Filipinos y Asociación de Ecuatorianos unieron sus fuerzas para dar a conocer su rechazo hacia la nueva legislación.

«Las medidas aprobadas, como el visado de tres meses para búsqueda de trabajo, son insuficientes para regular la entrada de flujos de inmigrantes en nuestro país. A partir de ahora, a los que están en situación irregular les va a resultar casi imposible obtener un permiso de trabajo y residencia», aseguraron varios responsables sindicales al megáfono. La ecuatoriana Linda Chancay informaba que «las solicitudes de permisos de trabajo y residencia iniciales sólo los podrá presentar el propio empresario y el inmigrante sólo podrá solicitar el visado si va personalmente a la Embajada española en su país. Las renovaciones de permiso sólo las podrá presentar el propio trabajador. No se aceptarán, en primera instancia, ni abogados ni gestorías».

El marroquí Buldenssar Khalid aseguraba visiblemente preocupado que «con esta ley se ponen las cosas más difíciles para nosotros. ¿Qué jefe querrá venir hasta aquí para tramitar los papeles?. Tengo un hijo mallorquín. Si no tengo trabajo, ¿qué voy a hacer con él?». El nigeriano Abudu comentaba: «Yo no tengo tiempo para ir personalmente a buscar los papeles. Los gestores y los abogados iban bien, facilitaban las cosas. Ahora, ni eso». El presidente de los inmigrantes marroquíes, Mustafá Boul-Harrak, alzó la voz para decir: «En cada reforma se nos recortan los derechos. ¿Quién levanta los chalets, quien construye las aceras. Estamos también aportando mucho a este país. Queremos que se nos trate bien».