Para conseguir hacer esta foto, entre una cosa y otra -equivocaciones incluidas- nos pasamos dos días. Foto:JULIÁN AGUIRRE

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El día de Navidad se celebra el 20 aniversario de la muerte de Joan Miró. Era necesario buscar una foto que plasmara uno de los elementos más importantes de su vida profesional: su firma. Y que además la plasmara a través de algo que él tuvo siempre muy en cuenta, los niños. ¿Pues qué mejor que fueran los niños los protagonistas de la misma? Pero, ¿cómo hacerla?, se preguntaba el compañero que tuvo la genial idea. Pues muy sencillamente, buscando a esos niños.

En Palma hay un colegio que siempre se ha caracterizado por hacer grandes cosas que involucran en ellas a muchos alumnos. Nos referimos al Sagrat Cor. En una ocasión nos fuimos con más de doscientos a... ¡Bruselas! Niños pequeños, niños medianos, adolescentes. Y regresamos, no sólo sanos y salvos, sino admnirados de ver cómo se habían comportado. Dudo que adultos lo hubieran hecho mejor que ellos. Ni un problema, ni un retraso, ninguna pelea, siempre con buen rollo y además, ellos en todo momento sabiendo lo que debían hacer y dónde tenían que estar, algo que evidenciaba que en aquel viaje nada se había improvisado, sino que todo estaba sujeto a un guión, estudiado hasta en sus mínimos detalles por parte de quienes lo crearon, y posteriormente aprendido por parte de todos, desde el más pequeño del grupo hasta el más mayor. Por tanto, si habían salido airosos de aquel envite, seguro que sacaban adelante nuestro proyecto.

Sin más, nos pusimos en contacto con Miquel Roig, director del centro, quien, a su vez, tras escucharnos y entender que la idea, sin ser fácil, no era imposible de llevar a cabo, nos puso en contacto con la responsable de Primaria, la profesora Juana Jaume, con quien, en apenas unos minutos, trazamos el plan para llevar a buen puerto nuestra iniciativa.

Pedro Prieto