Cirer, que tuvo que ser protegida por la policía, junto a Antoni Roig, José María Rodríguez y Francesc Fiol. Foto: JAUME MOREY

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Palma rindió ayer un nuevo homenaje arei en Jaume, aunque por tercer año consecutivo la primera jornada de la Festa de l'Estendard se celebró en medio de una gran tensión debido a la presencia de unas doscientas personas de ideología independentista que, con sus gritos e insultos, consiguieron reventar el acto. La Festa de l'Estendard tendrá su continuidad a lo largo de la mañana de hoy, miércoles, en la Plaça de Cort, a partir de las 10.15 horas, con la colocación del Estendard Reial en la misma plaza, y concluirá con la proclamación de monseñor Teodor Úbeda como «Fill Adoptiu» de Ciutat y la entrega de las medallas de oro de la ciudad a los ex alcaldes Ramon Aguiló y Joan Fageda. Por lo que respecta a los distintos actos celebrados ayer, una vez más el más concurrido y tenso fue la tradicional ofrenda floral al monumento de Jaume I, en la Plaça d'Espanya, llevada a cabo por parte de unas cincuenta entidades ciudadanas, partidos políticos e instituciones de la Isla, en un acto que transcurrió con distintos incidentes, sobre todo en su tramo final. Tanto la Policía Local como el Cuerpo Nacional de Policía establecieron un fuerte dispositivo de seguridad. Numerosos agentes se situaron en las inmediaciones del monumento a Jaume I, mientras agentes de uniforme y paisano custodiaban la zona. El acto reunió en total a unas 1.000 personas aproximadamente.

La celebración comenzó en la Plaça d'Espanya, a las 19.00 horas, con un concierto a cargo de la Banda de Música Municipal. A continuación, el Consistorio en pleno, salvo EU-EV, acompañado por los Tamborers de la Sala, se trasladó a la iglesia de Sant Miquel. Presidía el acto la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer. Todos los presentes en la iglesia cantaron la salve a la Mare de Déu de la Salut, patrona de la ciudad. Tras el acto religioso, el Consistorio y su séquito desfiló por la calle Sant Miquel y la plaza de la Porta Pintada hasta llegar a los pies del monumento a Jaume I. Una vez allí, los miembros del Ajuntament subieron a la tribuna reservada para los representantes municipales, de espaldas al monumento, mientras que el resto de autoridades políticas se situó a su derecha. Asistieron, entre otros, el presidente del Parlament, Pere Rotger; la vicepresidenta del Consell, Dolça Mulet; los consellers José María Rodríguez y Francesc Fiol, y los diputados autonómicos socialistas Celestí Alomar y Francina Armengol.

La lectura del pregón corrió a cargo del rector de la Universitat de les Illes Balears (UIB), Avel.lí Blasco, quien tuvo que soportar durante todo el tiempo que intervino continuos gritos, desde «Autovia no» y «Qui estima Mallorca no la destrueix» hasta «Vosaltres feixistes sou els terroristes» e «Independència». Pese a todo, el rector de la UIB aguantó con estoicismo y serenidad el intento de sabotaje de su intervención. Tras la lectura del pregón, alrededor de 50 entidades fueron desfilando para dejar coronas de flores a los pies del monumento a Jaume I. Entre ellas cabe destacar una procedente de la Generalitat de Catalunya, portada por dos concejales de Cort. Finalmente, todas las autoridades abandonaron la plaza, en medio de nuevos gritos e insultos, que se recrudecieron cuando Cirer abandonó el lugar, flanqueada por el portavoz del PSIB-PSOE, Antoni Roig, como muestra de apoyo. Poco después un joven quemó una bandera española. A continuación tuvo lugar la revetla popular prevista.