Cort se llenó de ciudadanos dispuestos a disfrutar de las campanadas en directo. Foto: JOAN TORRES

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La Plaça de Cort volvió a vivir una de sus noches más festivas. Bengalas, antifaces, gorros de fiesta, collares de espumillón y mucha alegría protagonizaron la bienvenida al año 2004, un recibimiento celebrado por mayores y pequeños que optaron por tomarse las doce uvas al son d'En Figuera. Un público mayoritariamente turista e inmigrante llenó la plaza poco antes de las campanadas. Allí, con champán y algún que otro fogueró, compartieron con los palmesanos uno de los momentos más mágicos del año. La fiesta de fin de año organizada por el Ajuntament de Palma comenzó minutos antes de las 12 de la noche. Después, y tras el brindis y la alegría del momento, los asistentes compartieron su noche de fiesta al ritmo del grupo Overcross, que ofreció lo mejor de su repertorio hasta la madrugada.

La mayoría de los palmesanos optó por disfrutar de la noche en familia, en fiesta privadas o en discotecas. La Plaça de Cort volvió a convertirse en un espacio popular y amigable donde centenares de personas acudieron con sus copas y sus vasos y recibieron el año junto a los suyos. Vestidos con elegantes atuendos, no faltaron las bufandas y abrigos para hacer frente al frío de la noche. También hubo quien, de forma más informal, deseó sus mejores deseos para un año que acaba de comenzar. Muchos intercambiaron besos y abrazos en el recién estrenado 2004.

J.A.