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El presidente de Emaya, Antoni Nadal, dio a conocer ayer que las obras para la posterior puesta en marcha de la segunda fase del sistema de recogida neumática de residuos sólidos urbanos se iniciará el próximo 21 de enero, en la Plaça des Mercat. Los trabajos se prolongarán por un periodo de entre diez y doce meses. Nadal recordó que la instalación y ubicación de los distintos buzones ha sido consensuada con los vecinos y comerciantes de las zonas afectadas por esta segunda fase.

Para la realización de los distintos trabajos se han establecido tres sectores. En el primero se incluyen la Plaça des Mercat, Caputxines, Can Campaner, Can Pueyo, Sastre Roig, Sant Jaume y Santa Magdalena. En el segundo sector se hallan Sant Feliu, Sant Gaietà, Pau, Protectora, Can Bordoi, Berenguer y Bernat de Buadella. En el tercero se encuentran Conquistador, Plaça de la Reina, Passeig de Born, Constitució y Unió.

Una vez que los trabajos de la segunda fase estén acabados, se habrá completado la instalación del sistema de recogida neumática de residuos en el casco histórico de Palma. Cabe recordar que la primera fase del sistema de recogida neumática se puso en marcha el 28 de octubre de 2002, beneficiando a unos 12.000 residentes y a unos 2.000 comercios. En total se instalaron hasta mediados del pasado año 248 buzones y se retiraron más de 600 contenedores.

En el primer sector se ubicarán 44 buzones, ocho de ellos para los comercios. En el segundo sector se situarán 64 buzones, 14 de ellos para los comercios. Y en el tercer sector se colocarán 31 buzones, siete de ellos para los comercios. En total serán pues 139 buzones, 29 de ellos para los comercios. Para evitar las molestias y ruidos que causaban los primeros buzones, y que fueron eliminados posteriormente, todos los buzones instalados dispondrán de silenciadores.

Nadal destacó ayer que «miles de ciudadanos se verán finalmente beneficiados con un sistema moderno y novedoso de recogida de residuos», dijo, para añadir: «El sistema ha sido muy bien aceptado por los ciudadanos que ya lo están utilizando en la actualidad, porque ha eliminado los malos olores de muchas calles del centro histórico y porque además evita los molestos ruidos que causaban los camiones de recogida por las estrechas calles del casco antiguo».

«Los ciudadanos tendrán la sensación de que viven en una ciudad más limpia», concluyó.