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Apenas unas horas después de hacerse efectiva la renuncia de Mir a la presidencia de la Obra Cultural Balear, esta entidad reunió a unas dos mil personas frente al Consolat de Mar para pedir al Govern que rectifique su política lingüística, que consideran perjudicial para la lengua catalana. De entrada hay que calificar de políticamente poco adecuado el momento elegido para la manifestación, coincidiendo con la designación de Mir para ocupar un alto cargo en la Generalitat. De forma gratuita el nombramiento de Mir ha dado argumentos a quienes acusan a la OCB de ser una plataforma política dependiente de Catalunya.

Es cierto que el Govern Matas ha tomado algunas decisiones que han sembrado la inquietud en sectores especialmente sensibilizados en la defensa del catalán. Ahora bien, conviene no dramatizar la situación. Dejando al margen el caso de Somràdio, que merece una discusión pormenorizada, en la que no se podrá obviar que emitía en la alegalidad, el gran pecado del PP ha sido manifestar su intención de apostar por el bilingüismo, cosa que está firmemente aposentada en la sociedad mallorquina. Si por bilingüismo se entiende respetar los derechos de los ciudadanos que no conocen el catalán, no hay que alarmarse. Por el momento, no hay datos que permitan presuponer que desde el Govern se actuará en contra del catalán. No se puede olvidar que Matas mantuvo la dirección general de Política Lingüística, Balears sigue formando parte del Institut Ramon Llull, se sigue aplicando el decreto de mínimos en las escuelas... En cuestión de lengua, lo que ocurre en Balears no guarda ninguna relación con lo que sucede en la Comunidad Valenciana. Y así debe continuar, pese a los intentos de quienes pretenden llevar la crispación a una sociedad que condena los radicalismos de uno y otro signo. Es obvio que el PP de Balears, salvo excepciones individuales, ha demostrado actuar con suficiente seny en cuestiones lingüísticas. De cualquier modo, para atajar malentendidos, sería muy recomendable que de la misma manera que se ha pronunciado por el bilingüismo, el Govern explicitase también de forma clara y rotunda su apoyo a la lengua catalana, propia de les Illes Balears.