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Hace 12 años un grupo de aficionados a los caballos de la zona de Artà decidió hacer la vuelta a Mallorca. El recorrido fue Artà-Can Picafort-Lluc y se tardaron tres días para ir y otros tres para volver. Y se lo pasaron tan bien, que desde entonces cada año se ha vuelto a programar, con más días y ha participado gente de toda Mallorca. «Lo que importa es disfrutar de la naturaleza haciendo una de las cosas que más nos gusta, que es montar a caballo», comentó Sebastià, uno de los organizadores, quien matiza que «cada año solemos organizarla a finales de noviembre o a principios de diciembre porque casi todos trabajamos en el sector de la hostelería y en verano nos es imposible». La iniciativa se ha ido consolidando y este año se han realizado alrededor de 340 kilómetros a caballo durante 11 días. En total han participado 16 aficionados (11 hombres y 5 mujeres) «que hemos hecho una media de 5 horas y 20 minutos de trayecto cada día, casi todo por montaña, caminos de tierra o playa, únicamente vamos por carretera cuando no hay otro remedio». Los participantes siempre han sido nueve fijos y se ha llegado a los 27.

Este año, el primer día se salió de Artà, la comida fue en Son Carrió y se durmió en Porto Cristo. En los días sucesivos el recorrido fue el siguiente: Porto Cristo-Son Macià-Felanitx; Felanitx-Campos-Ses Salines; Ses Salines-Llucmajor; Llucmajor-Pla de Na Tesa; Pla de Na Tesa-Bunyola; Bunyola-Orient-Tossals; Tossals-Lluc; Lluc-Pollença-Puig de Maria; Puig de Maria-Colònia de Sant Pere (pasando por Alcúdia y Can Picafort); y Colònia de Sant Pere-Artà.

El último día, según comentan los participantes, «fue el mejor, porque hizo sol y la montaña estaba preciosa, había agua por todo». A medida que han pasado los años se ha perfeccionado la organización de este evento «al que se pueden apuntar todas las personas que tengan caballo». Se hace un fondo común antes de partir y hay una furgoneta de apoyo. Días antes de salir se reparte la comida de los caballos en los sitios donde se dormirá y se pone todo a punto para evitar imprevistos.

Guillem Picó