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El teniente de alcalde de Hisenda de Cort, el popular Pedro Àlvarez, dio a conocer ayer la evolución de la presión fiscal del Ajuntament de Palma desde 1996 hasta 2003 en relación al resto de consistorios de capitales de provincia. Según consta en un estudio comparativo realizado por el Ayuntamiento de Madrid, de un total de 52 ciudades, Palma se encontraba al finalizar el pasado año en el lugar 33 por lo que respecta a presión fiscal. Àlvarez recordó que en 1999 Palma ocupaba el lugar 28 en presión recaudatoria y que durante los años siguientes siempre se mantuvo entre las 30 primeras capitales de provincia en este aspecto. En este peculiar ránking municipal, cuanto más abajo se encuentra un ayuntamiento, menos presión fiscal soportan sus ciudadanos, por lo que Àlvarez indicó que podía afirmarse que la situación de Palma ha mejorado en este sentido de manera significativa.

«La situación es aún más satisfactoria si nos fijamos, por ejemplo, en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), conocido popularmente como 'contribución urbana', el más importante de entre los impuestos directos que pagan los palmesanos», destacó Àlvarez, para añadir: «En este caso Palma se encuentra en la posición 41 del ránking». Àlvarez recordó que los impuestos directos son los que pagan todos los ciudadanos, mientras que los indirectos son aquéllos que sólo pagan quienes llevan a cabo una determinada actuación, como construir un edificio.

«Desde 1996 nuestra política ha sido ofrecer más y mejores servicios con unos impuestos progresivamente más bajos», prosiguió y señaló que hace ocho años «Cort tenía, en cambio, una trayectoria de marcada tendencia alcista de la presión fiscal y del endeudamiento». En la actualidad, el 25 por cien de los ingresos municipales de Cort se consiguen con impuestos directos y el resto con tasas, transferencias del Estado y otros ingresos.