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Maria Àngels Roque, historiadora y antropóloga por la Universidad de Barcelona, es actualmente directora del Departamento de Estudios del Institut Europeu de la Mediterrània (IEMED). Desde esta posición ha creado la revista Cuadernos Mediterráneos. Su investigación se ha centrado, sobre todo, en las sociedades civiles de los países mediterráneos. Precisamente este tema lo ha abordado en «El Islam plural de Icaria y el Islam y sociedad civil en el Magrib contemporáneo».

En ese sentido asegura que no es imposibles que los inmigrantes musulmanes asuman los valores europeos: «Ser miembro de una religión no es incompatible con aceptar un estado de derecho y los valores universales. El Islam no está en contra de eso, puede ser que una minoría musulmana tal vez si que esté, pero cada vez hay más europeos musulmanes que tienen claro eso. Incluso, en los países del sur del Mediterráneo hay cada vez más gente que aspira a tener democracia». Además, Roque recuerda que «después del 11 de septiembre, ante el miedo a aquello próximo pero desconocido, en el caso de Europa, del Islam, ha aparecido la ideología que defiende que el Islam es igual a terrorismo. Evidentemente no lo es. Claro, eso también se produce después de la creación del Estado teocrático de Irán y de las guerras del Golfo».

Entre otras cosas, concluye que el Islam es compatible con la democracia pero que para conquistarla las sociedades civiles de estas zonas necesitan de la ayuda de Europa.

Roque afirma que «a pesar de que mucha gente piense que la sociedad civil, si no existe democracia y una sociedad laica, no es posible, en estos países no es así. Basta recordar que durante el franquismo aquí había sociedad civil. El Islam no es incompatible con la democracia».

La sensación que hay en Europa es que Islam y democracia no son compatibles. Roque se remonta en su estudio a después de la independencia de estos países, cuando hubo un nacionalismo islámico que se escudaba tras el Islam, para crear una identidad. «Ahora, la mayoría de la gente no es así, son los políticos. Por ejemplo, en Marruecos aplican la Ley Islámica en el código de la familia, pero no en otros códigos. Porque a los gobernantes les conviene modernizarse en algunas cosas y en otros no. No obstante, ahora hay unas presiones internas y externas, desde los años noventa se moviliza el asociacionismo, y todo eso está cambiando».