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Ellos son Jimy y Ana, los que según algunos parlamentarios -sobre todo ellos- provocaron cierto revuelo en el transcurso del almuerzo que se celebró en el restaurante Parlament, tras el último pleno de diciembre, con motivo de las vacaciones de Navidad. Sobre aquel episodio se dijo más de la cuenta, pero nos tememos que sin fundamento ni razón, lo cual dejó sorprendidos a muchos, entre otros a ellos, a Jimy y Ana, quienes por otra parte, una vez finalizada su actuación contratada, fueron requeridos por los comensales hasta cuatro veces para que cantaran otros tantos temas. «Por eso no entendemos nada de lo que se dijo después. Somos una pareja con formación musical académica, que hemos formado parte de grupos de jazz. Pero como según que música no da de comer, tenemos que dedicarnos a actuar en hoteles y fiestas privadas. Y jamás hemos tenido ningún problema», nos comentaba Ana, el viernes por la noche, momentos antes de actuar en el hotel Acapulco de la Platja de Palma.

Así pues, con la intención de escandalizarnos, nos quedamos a ver el espectáculo, el mismo que ofrecieron ante las señoras y señores parlamentarios. Y no nos escandalizamos, claro, ya que allí no había nada que escandalizara a nadie, si no todo lo contrario: todo era pura diversión y entretenimiento. ¿Y saben lo que más nos llamó la atención de él? Pues sobre todo la gran profesionalidad de la pareja. Como lo cantan y bailan todo, hacen, a lo largo de su actuación, un recorrido por distintos países sudamericanos y orientales, arrancando en un poblado norteamericano con una bonita canción country. Hay que decir por otra parte, que todo lo que presentan es natural, muy elaborado, desde los temas elegidos, cantados en vivo y en directo, hasta el vestuario: country, mexicano, colombiano, oriental, claqué, etc.; todo él, además, diseñado por ellos mismos.

Ana, que es con quien hemos hablado en lo que Jimy prepara el tinglado (escenario, bafles, instrumentos, etc), nos comenta que sobre el episodio del restaurante del Parlament «no queremos opinar, allá cada cual. Nosotros nos limitamos a actuar, como lo vamos a hacer esta noche, aquí, u otras muchas noches en otros lugares, sin ningún problema jamás. Y llevamos ya en esto quince años». De la actuación de Jimy y Ana, con la que el público se divierte mucho, y que en momentos participa de ella, nos quedamos con todo pero muy especialmente con el show de Elvis Presley, el corrido mexicano, y la danza del vientre, tan inocente como bien lograda, la que seguramente provocó el escándalo, cosa que ellos no saben, pues al finalizar el espectáculo, a petición del respetable, tuvieron que hacer hasta cuatro bises más, de lo cual se deduce -deducen y deducimos- que si hubieran provocado tanto escándalo como se dijo, no les hubieran mandado repetir. Y es que me temo que ciertos políticos, incluso en cuestión de espectáculos, esa doble moral que tienen, que ellos niegan pero que tienen, les gastó una mala pasada.

Pedro Prieto