El ambiente de las salas de fiestas en la Mallorca de los
prodigiosos años 60 fue de forma nostálgica recordado ayer con
motivo de la conferencia sobre el tema que impartió la historiadora
Margalida Pujals, (autora del libro «Oci als anys seixanta»), junto
a Tomeu Estarás, Serafín Nebot y Miquel Pieras. Mallorca, con todo
su atractivo insular y ambiental, despertaba por entonces al
turismo masivo y también al panorama musical más selecto de la
canción local, nacional e internacional.
Eran los años dorados de Gomila, de las elegantes salas de
fiestas con orquesta en vivo, como Tito's, Tagomago, Rosales, Jack
el Negro, Jartan's o Bolero, y de los grupos musicales de la nueva
ola. «La gente salía a escuchar música en vivo a lugares concretos.
La televisión en sus comienzos y de una sola cadena apenas ocupaba
la atención. Fue un momento irrepetible para Mallorca», indicó
Tomeu Estarás. La apertura política que la propia evolución
histórica obligó a realizar al régimen dictatorial español durante
los años 50, con fuertes influencias en la moda y tendencias
juveniles, sentó las bases de la nueva sociedad de consumo en un
ambiente de mayor permisividad.
Eran los años del rock & roll, de los electrodomésticos, de
las faldas can can y los muebles «sputnik», y sobre todo, del
automóvil particular, representado por el mítico 600, que aportó
algo de libertad a una sociedad encorsetada aún por los dogmas del
ambiente político. Restricciones que podían resultar asfixiantes a
través de una omnipresente censura que oprimía todas las
manifestaciones públicas. Los años 60 fueron cruciales porque
supusieron la ruptura con los usos y costumbres de la posguerra y
el nacimiento de una nueva mentalidad que irrumpió en el panorama
musical con eventos como el Festival de la Canción de Mallorca, el
Festival de la Canción Popular de Balears, el Festival de la
Canción Española o el Musical Mallorca.
Gabriel Alomar
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