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La alcaldesa de Palma, la popular Catalina Cirer, y el juez decano de la capital balear, Pere J. Barceló, en representación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), firmaron ayer un convenio de colaboración, pionero en España, por el que conductores condenados a penas de cárcel por delitos «contra la seguridad del tráfico» podrán evitar ir a la misma siguiendo el cursillo de formación «Palmastop», ideado por el Consistorio palmesano y supervisado por la Policia Local, que tendrá una duración de un año.

En función de la gravedad de la condena, la persona que se inscriba en las clases deberá realizar uno, dos o tres módulos de formación. Los módulos se denominan «Seguridad viaria» -de 30 horas-, «Prevención de riesgos» -de 15 horas- y «Actividades complementarias» -de 14 horas-. Cada uno de los asistentes a las clases tendrá un tutor y una vez concluido el curso habrá un seguimiento posterior de cada alumno. Esta iniciativa, que se empezará a aplicar a partir de hoy jueves, podrá incluir sentencias previas aún no ejecutadas.

El proceso que se seguirá en cada caso será siempre idéntico. Una vez que el juez haya dictado sentencia, se informará a la persona condenada de que tiene la opción de realizar un cursillo formativo y de que puede evitar ir a la cárcel si lo lleva a cabo. Si el acusado decide inscribirse, será necesario que, a causa de la gravedad de la mayoría de delitos relacionados con el tráfico, tanto el fiscal que trabajó en el caso como los familiares o las víctimas de quien padeció, por ejemplo, un atropello a causa de la imprudencia del conductor condenado, acepten la posibilidad de que se pueda permutar la prisión por las clases.