El 57,2 por ciento de las habitaciones del nuevo hospital de Son
Dureta -que se empezará a construir en la finca de Son Espases en
los primeros meses de 2005- serán individuales, lo que permitirá a
los enfermos recibir una atención de mayor calidad y más humana.
Así lo confirmó ayer la consellera de Salut i Consum, Aina
Castillo, en su comparecencia parlamentaria voluntaria a la que
acudió para explicar la nueva ubicación del centro hospitalario y
en la que comentó que la intención de los arquitectos redactores
del proyecto hospitalario, Reinaldo Ruíz Yébenes y Julián Arranz
Ayuso, es la de reducir el número de las plantas del hospital -en
base al proyecto redactado para la reforma del edificio del actual
Son Dureta- de 12 a 9 plantas, pasaría de una altura de 50 a 38
metros.
En su comparecencia en la Comissió No Permanent de Salut la
consellera dijo que «el precio pagado por el solar de Son Espases
-27 euros por metro cuadrado, según la oposición- es el precio
normal, de mercado» y puntualizó que «en la elección de estos
terrenos no ha habido ninguna irregularidad», ni pelotazo o
especulación urbanística, tal y como habían denunciado, momentos
antes, los grupos de la oposición, especialmente por la portavoz
socialista, Francina Armengol, quien afirmó, con rotundidad, que la
compra de Son Espases ha sido «un pelotazo urbanístico en toda
regla». Por otra parte la consellera destacó que el centro
hospitalario se construirá con la participación de la iniciativa
privada, será un hospital 'sin papeles' -como ya lo es el de Son
Llàtzer- y contará con «todas las historias clínicas
informatizadas, contando con la digitalización de las imágenes y la
telemedicina».
Por su parte los grupos de la oposición se mostraron muy
críticos por la elección de la finca de Son Espases para la
ubicación del nuevo Son Dureta. Miquel Ramón (EU-EV), y Joana
Lluïsa Mascaró, en representación del PSM-EN, defendieron la opción
de la Base General Asensio como la más óptima para la ubicación del
hospital; mientras que Francina Armengol (PSIB-PSOE), continuó
defendiendo que lo mejor hubiera sido «reformar el actual edificio
de Son Dureta» tal y como estaba previsto cuando se traspasaron las
competencias de sanidad al Govern. La consellera defendió la
ubicación de Son Espases, en base a los informes técnicos, y
explicó que, una vez que el Ajuntament de Palma ceda el solar al
Govern, «nos hemos fijado un plazo de cuatro meses para introducir
las modificaciones técnicas pertinentes en el proyecto original».
Después los técnicos del IB-Salut tienen que supervisar las
modificaciones y, a continuación, se hará la licitación de las
obras.
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