La inocencia y la nostalgia se dieron cita ayer en Punta Portals
con motivo del II Concurso/Exhibición de Juguetes Antiguos, que
reunió más de 60 piezas de distintas épocas. El paso del tiempo ha
otorgado a aquellos caballos de cartón, coches de pedales, muñecos
de cuerda, trenes eléctricos, triciclos, títeres, mecanos o juegos
de mesa, tan habituales entre los niños del pasado, la mágica
aureola del recuerdo sentimental.
La muestra congregó a lo largo del bulevar a un numeroso público
que observó con curiosidad el encanto caduco de unos juguetes
llenos de magia e ingenio. La muestra culminó con el reparto de
premios al juguete más antiguo, que obtuvo Francisco Cerdá, con
unos animales de terracota del II milenio a. C.; al juguete más
original, que recogió Coloma Coll por un avión de pedales de orígen
malagueño; a la mejor muñeca, que recibió Asunción Escribano, por
una pepa de los años 50 y al mejor juguete extranjero, que recogió
Jose Antonio Sina, con un coche para niños, francés, de 1901.
Además, el jurado concedió una mención especial como juguete
tradicional mallorquín a Joan Sans, por un carro hecho de forma
artesanal con hojas de higuera y verduras.
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