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Bastantes cosas cambiarán en España, ha dicho Zapatero. Y esperemos que así sea, al menos en lo que concierne a los asuntos pendientes y a aquellos que han sido mal resueltos. Parece que se ha puesto de moda, con la sorprendente victoria del socialismo, sacar a relucir los trapos sucios del partido derrotado. Tampoco es eso. Hay que reconocer que éxitos y fracasos los ha habido en cada uno de los gobiernos que hemos conocido y los habrá en los que están por venir. Así es la política. De hecho, en general, vivimos mejor que hace ocho años, cuando el PSOE fue despedido del poder.

Aznar, durante su segundo mandato, se ha equivocado gravemente en algunos asuntos como la guerra de Irak y su demonización de los nacionalismos, pero evidentemente ha tenido éxitos indiscutibles, como el de la política económica y la lucha contra ETA. El Aznar que se va no se parece en absoluto al Aznar de hace ocho años. No hay que olvidar que su llegada a La Moncloa concitó grandes esperanzas tras el lamentable fin del felipismo. Cuando consiguió la mayoría absoluta todo empezó a cambiar. Se equivocó con la boda de su hija en El Escorial, se equivocó con la cumbre de las Azores, se equivocó con la crisis del 11-M y se equivocó, sobre todo, con las formas.

Con un espíritu más conciliador, el nuevo Gobierno deberá ocuparse, además de la cuestión terrorista, de asuntos como la vivienda, la inmigración, el diálogo con las autonomías, la televisión pública...

Será «un cambio tranquilo», ha vaticinado Zapatero. Esperemos que lo sea. Nadie quiere más sobresaltos en un país marcado para siempre. Con un equipo todavía por desvelar -aunque ya circulan algunas quinielas- el líder socialista tiene ante sí una ingente tarea, no exenta de muchas dificultades. Tras la euforia inicial se amontonarán, como es lógico, problemas de difícil solución. Pero al igual que sucediera en 1996, cuando el PP accedió al poder, y mucho antes, en 1982, cuando ganó el PSOE sus primeras elecciones, se inicia un camino de cambio lleno de buenos propósitos y con el respaldo de millones de españoles.