Durante cuatro días, alrededor de ciento cincuenta coches
clásicos recorrerán las carreteras, caminos y autopistas de la Isla
con motivo del Trofeo Baleares Clásico del Automóvil, que se
celebra hasta el domingo. Ayer, a primera hora de la mañana, los
vehículos fueron saliendo con un minuto de diferencia desde el
circuito de Llucmajor, donde el alcalde del municipio dio la
salida. En el rally hay distintas categorías, y aunque la mayoría
de los participantes son extranjeros, sobre todo alemanes, hay
cuatro equipos de mallorquines que participan en el Primer Trofeo
Internacional de la Isla.
Tacho y Nigorra pilotan un Porsche 1111 RS del año 75, y los
hermanos Dezcallar un Seat 124 sport. También está el doctor
Mariano Roselló, urólogo, y Joan Pericás, que desde hace cuatro
años y siendo uno de los pioneros de la Isla, participa junto a su
copiloto, Biel Pons, a los mandos de un Ford Scort del 71. La
pareja se alzó con el tercer puesto en la pasada edición. Miguel
Sureda y Jaume Barceló conducen un MG Metro 6R4 del año 85. El
rugir de los motores, el olor a gasolina quemada, el relinchar de
los neumáticos y la expectación de los aficcionados crearon en la
salida un ambiente de auténtica carrera.
La puesta a punto de estas «joyas» sobre el asfalto es una
minuciosa labor realizada por sus propios dueños, quienes conocen
casi al centímetro su «cacharro». El valor económico de estos
clásicos es millonario. Además de la competición, los participantes
disfrutan del paisaje y entorno natural de la Isla. Es una carrera,
pero respetando las señales de circulación y los imprevistos,
durante el camino. De lo contrario, fuerte sanción y expulsión de
la carrera.
Julián Aguirre
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