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Kyril de Bulgaria, su esposa Rosario y su hija mayor, Mafalda, navegaron ayer en eFortuna que los dejó en Cabrera y luego en una playa de la Colònia de Sant Jordi. Los príncipes de Preslav comenzaron la jornada temprano. Sobre las diez de la mañana, a bordo de un coche cuya marca representa el padre de ella en Palma, se dirigieron a Marivent. Mientras, los suegros de Kyril, que seguramenete habían pasado la velada en casa de éste -el padre vestía de calzón corto y con gorra visera; la madre en bermudas beige claras-, y que habían salido en un pequeño vehículo a dejar las bolsas de basura en el deposito de Porreres, regresaron a la casa, donde habían quedado las otras dos niñas al cuidado de la nurse familiar.

Los duques de Palma estaban en Portopí bastante antes de que aparecieran por allí Kyril y Rosario. En ese momento, vimos a Iñaki hablando con alguien a pie del yate real. Sobre las once llegaron los búlgaros en un coche de color claro. Inmediatamente después eFortuna puso rumbo a Cabrera de donde regresaron sobre las seis y media de la tarde. A la llegada sólo pudimos ver a Kyril vaciando algunas bolsas en el conteneder, a su hija Mafalda, a Rosario y al final a Iñaki, que los estuvo despidiendo amistosamente.

Antes de regresar a Porreres, Kyril descendió del coche, entró en el supermercado Porto Pi a comprar algo, mientras Rosario daba una vuelta con el coche haciendo tiempo para que su marido finalizara la compra.

Pedro Prieto