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A la espera de lo que suceda el próximo mes de septiembre entre PP y UM en Calvià, una hipotética ruptura del pacto local firmado entre nacionalistas y populares puede tener consecuencias directas en el Consell, donde hay diez altos cargos nombrados directamente por el PP.

Se trata del vicepresident de la institución, Antonio Calvo; del coordinador de Programes, Bartomeu Márquez y del director gerente, José Luis Roselló. A ello se suman la directora d'Acció Social, Catalina Borràs; la directora de Recursos Assistencials, Maria Cifre; el director de Protecció al Menor i Atenció a la Família, Antonio Calvo; la directora d'Igualitat d'Oportunitats, Margarita Capó; la directora de Promoció Sociocultural, Dolors Alemany, y el director d'Esports, Antoni Palerm.

Si Isidre Cañellas queda al margen del equipo de gobierno en Calvià, otro tanto puede suceder en el Consell de Mallorca. S'Institut, organismo autónomo pero dependiente de la institución insular, está gobernado directamente por cargos del PP, entre ellos su presidente, Antoni Serra. Si el pacto no resiste en Calvià y Maria Antònia Munar no logra entenderse con Jaume Matas, cabe la posibilidad de que la reacción de Unió Mallorquina sea la destitución de Serra y de los otros nueve cargos que dependen de él.