A la izquierda, la playa de Palmanova.

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Ayer fue el último domingo de agosto, una fecha clave en el calendario veraniego. Las vacaciones están a punto de acabarse para muchos, y otros, menos, las empiezan. Por ello, mallorquines y turistas no quisieron perderse ayer la oportunidad de tener un buen día de playa, aunque la meteorología no fue muy buena compañera. Hubo predominio de cielos con intervalos nubosos con chubascos débiles. Las temperaturas registraron un ligero a moderado descenso, y los vientos fueron del nordeste de flojos a moderados.

Así, el último domingo de agosto destacó porque las playas mallorquinas estuvieron llenas de gente, algunas más que otras, porque Palmanova presentaba una imagen menos multitudinaria, mientras que s'Arenal estaba más llena. La zona de Ca'n Pastilla era una de las más concurridas, debido al festival de surf que acogía hasta ayer este lugar.

Pese a los nubarrones, las playas no se vaciaron hasta bien entrada la tarde, cuando se inició el regreso a casa. Fue por ello que las entradas a Palma presentaron por la tarde un gran movimiento de tráfico. Pese a la presencia de nubarrones, las temperaturas y la humedad invitaban a un buen baño. La brisa que estuvo presente durante toda la jornada hizo más soportable el calor.

Niños jugando en la arena, adolescentes practicando diversos deporte como el voleibol o el fútbol, adultos tomando el sol y ancianos resguardándose bajo la sombra de los pinos fueron sin duda la imagen más playera de este domingo, que en realidad nada tenía que envidiar a los ya pasados. A partir de ahora, ya empieza la cuenta atrás para despedirse del verano y adentrarnos así en el regreso a las aulas y al trabajo. Ha sido un verano más de sol y playa.

R. D.
Fotos: Serge Cases