Paco Obrador, todavía presidente del Consell Económic i Social, es
un fijo de este tipo de debates. Le tocó proragonizar uno como
portavoz de los socialistas y ahora los sigue desde los asientos
reservados al público. Que nadie se lleve a engaño: público,
público (lo que se dice gente de la calle) hay muy poca.
Representantes de las instituciones, suporters del PP (antes,
cuando gobernaba el Pacte, eran mayoría los del PSIB), la esposa
del president y, ayer, varios representantes de IB3, con su
directora general, María Umbert, al frente.
Y es que, el de ayer, fue también el estreno de la televisión
autonómica en estos debates. A la gran cantidad de informadores que
ya pululan por la Cámara, se sumaron ayer los del canal autonómico.
Como se emitía en directo, una gran unidad móvil del ente público
estaba aparcada frente al Parlament. Durante la intervención del
president nadie se movió de su escaño. Ni para echar un cigarrito.
El discurso que abre el debate de política general debe ser el
único en que nadie se mueve de su escaño. Asesores de los partidos
se encargan de tomar notas del discurso en salas anexas.
En el interior del salón de sesiones, también se toman notas. E
incluso hay tiempo para enviar algún mensaje por teléfono. Maria
Antònia Munar lo hizo. Margalida Rosselló, la verde, mueve las
manos cuando el president alude al supuesto intervencionismo
ecologista de la pasada legislatura. Tras el discurso, los
portavoces se ven rodeados por periodistas que buscan un anticipo
de lo que dirán en la sesión de esta mañana. La sesión se reanudará
a las 13 horas ya que el reglamento marca que deben transcurrir 24
horas entre el final de discurso presidencial y el turno de la
oposición.
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