La comunidad musulmana de Mallorca inició ayer el Radamán. Una
celebración de hondo significado religioso que, según indicó a
Ultima Hora Yousses Jouhiri, imam de la mezquita de Palma, es el
cuarto pilar del Islam. Unas fechas de ayuno que celebran la
primera de las revelaciones del Corán al profeta Muhammad.
Se trata de una práctica purificadora a nivel físico y
espiritual que llena de plenitud al creyente. Un ayuno que se
inicia y finaliza con la salida y la puesta de sol que se prolonga
entre 29 y 30 días y en el que no está permitido beber, comer ni
tener relaciones sexuales.
Llegada la noche, los fieles degustan una comida ligera
acompañada de té, fundamentada en suculentos dulces como eshebbakia
y eslilo, ebaghrir, eraghaif, la chebekia, condimentados con trigo,
huevos, harina, levadura, mantequilla y leche, junto a líquidos y
zumos con abundancia de azúcar. En todo caso, lo minímo posible y
suficiente para afrontar la debilidad du-
rante el día.
El barrio de La Soledat acoge la casa de Yousses donde, entre
fragancias aromáticas a modo de bienvenida, invitó a un grupo de
familiares y amigos procedentes de distintos países islámicos, como
Marruecos y Argelia. Diferencias nacionales unidas por una fe
común.
Durante el Ramadán se abre un tiempo de reflexión y comunicación
familiar con la finalidad de superar las controversias. Es según
Yousses, un tiempo de paz. Según las escrituras, si una persona
fallece en estas fechas su alma va directamente al paraíso.
El día 27 se produce la noche del destino, los ángeles bajan del
cielo y los creyentes piden deseos que se multiplican por mil meses
y es la mejor ocasión para redimir los pecados y desear un mundo
más justo y mejor.
G. Alomar
Foto: Serge Cases
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