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El mito de la puntualidad británica cayó ayer por los suelos: la delegación británica «perdió el avión», según fuentes de la Delegación del Gobierno, y la primera jornada del «foro a tres» sobre Gibraltar tuvo que alterar su agenda. Incluso, por la tarde, se anunció la suspensión hasta hoy. A última hora, se optó por darla por iniciada y así dar apariencia de normalidad. Hubo un breve encuentro y después una cena. El grueso del trabajo se desarrollará hoy.

A las siete de la tarde, una hora antes de la «foto de familia» que debía ser el arranque de la reunión (y que ha sido pospuesta a esta mañana), el Ministro Principal de Gibraltar, Peter Caruana, paseaba con dos de sus colaboradores por el hotel. Pero no tenía con quien reunirse.

Caruana evitó las declaraciones y su jefe de Gabinete y principal asesor explicó que se había pactado con todos los medios no hacer ningún tipo de comentario hasta hoy.

Fuentes de la Delegación del Gobierno explicaron que la representación británica había informado al Ministerio de Asuntos Exteriores español que habían perdido el avión. Las mismas fuentes señalaron que el director general del Asuntos Europeos del Foreing Office británico, Dominick Chilcott y sus acompañantes iban a llegar por la noche.

Tampoco la delegación española estaba al completo. El director general de Asuntos para Europa, José Pons, ya había explicado el día anterior a Ultima Hora que se retrasaría por tener una reunión con el ministro Moratinos y su homónimo ruso.

La anterior reunión del Foro tuvo lugar el pasado 9 de julio en Albufeira (Portugal), donde se avanzó en los trabajos para el uso conjunto del aeropuerto del Peñón, que descartan la existencia de dos terminales y toman como modelo el funcionamiento del aeródromo de Ginebra.

La proximidad de este encuentro sirvió a España el pasado jueves en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, para señalar que las relaciones con el Reino Unido y las autoridades de El Peñón se caracterizan por una «nueva atmósfera» de diálogo y cooperación para resolver el contencioso de Gibraltar con esperanzas de lograr resultados tangibles pronto.

Aunque al tratarse de una cuestión diplomática, las partes implicadas quitaron hierro al asunto, sin buscar culpables, algunas voces de la parte española mostraron su hilaridad. Finalmente, y sin anuncio previo a los medios, se decidió dar por iniciada la reunión.