El mago, en un momento de una actuación.

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Juan Tamariz, sin duda el mago español más conocido y reconocido, ofrecerá su espectáculo en el Auditòrium de Palma el próximo sábado y domingo. Ayer atendió por teléfono a Ultima Hora después de haber aterrizado hace pocos días en España tras haber actuado y ofrecido conferencias en medio mundo.

-¿Qué espectáculo ofrecerá en Palma?
-Comenzaré con un streaptease. (Risas). No, serán dos horas de magia con la intención de pasarlo lo mejor posible tanto los espectadores como yo , donde no faltará una sesión de espiritismo y también habrá una parte de magia de cerca con la ayuda de una pantalla. Habrá interactividad, pero sólo con la gente que quiera participar. No obligo a nadie.

-¿Desde cuándo no venía a Mallorca?
-Pues creo que hace más de 10 años. Ocurre que yo trabajo sobre todo en el extranjero con mis espectáculos y también dando conferencias a otros magos. Cuando me llegan ofertas de España casi nunca puedo aceptarlas porque estoy fuera.

-¿Quién le parece un mago fuera de su profesión?
-Las personas que han transformado el dolor en vida. Por ejemplo, Alexander Fleming y su descubrimiento de la penicilina. Por estas personas siento una sana envidia.

-¿A quién le gustaría hacer desaparecer?
-Bueno, hacer desaparecer es muy fuerte, pero sí que me gustaría enviar un mes o así muy lejos a varios personajes. Uno de ellos es Aznar.

-¿De qué número se siente más orgulloso?
-¿Número? Del 69. (Risas). En serio, de «El número de París», que tiene 50 efectos en apenas un cuarto de hora. En Palma se podrá ver un trozo, pero no todo.

-¿«Caza» los trucos de sus compañeros?
-Pocas veces. Cuando veo a otros magos disfruto con ellos y en general no me entero de los secretos.

¿Cuánto tiempo se tarda en pensar un truco y ofrecerlo al público?
-Es muy variable, dependiendo de la dificultad. Puede haber trucos que te cueste un año y otros, como el de París, que me supuso unos 12 años de trabajo.

-¿Por qué ya ho hay magia en televisión?
-Porque ahora sólo hay series, que suelen ser muy buenas, y programas del corazón, que son detestables. De todas formas, yo en su día me despedí de la televisión y no quiero volver.

-¿De dónde viene su forma de celebrar cada truco «tocando» el violín y tarareando su inconfundible «chantatachán»?
-No tengo ni idea. Un día lo hice para soltar adrenalina y vi que me sentía mejor. Y hasta hoy.

Jaime Moreda