El director del CRE, Antoni Riera, señalaba ayer en la
presentación del estudio que es necesario acometer una reconversión
de la planta hotelera, en concreto en los establecimientos de
categoría baja y en explotación desde los años 60, sin especificar
la cantidad de hoteles que están englobados en este segmento.
Para el presidente de la Agrupació de Cadenes Hoteleres,
Francesc Miralles, la mayor parte de estos hoteles anticuados son
independientes y con unos ratios de rentabilidad que ha bajado en
los últimos cinco años, «lo que dificulta que los empresarios
turísticos puedan reinvertir en mejorar y modernizar sus
establecimientos, ya que el descenso de la rentabilidad se ha
producido por la escalada de precios a la baja que ha imperado en
estos años».
El estudio se ha realizado sobre una muestra de 1.330
establecimientos hoteleros de las Islas, que suman 312.802 plazas
de alojamiento, de los que un 80'5 por ciento corresponden a
hoteles de entre tres y cinco estrellas, entre los que destacan los
de tres estrellas Oro, que representan un 54 por ciento del total
de la oferta, con un 37 por ciento de los establecimientos.
La radiografía de la oferta hotelera refleja que la antigüedad
mediana de los establecimientos es de 32 años y que su última
reforma se realizó hace sólo cuatro años. Al respecto, Miralles
puntualizó que «si este estudio lo hubiéramos hecho hace cinco años
los resultados hubieran sido más desfavorables, ya que muchos
establecimientos han realizado reformas en este período», dijo.
Asimismo, reconoció que la «foto» de los próximos año se puede
agravar por la baja rentabilidad, «lo que impedirá que se
modernicen hoteles».
Reconoció que existe una sobreoferta hotelera y que urge
transformarla en plazas residenciales, «pero el Govern no ha
autorizado todavía este proceso».
En opinión del director del CRE, Antoni Riera, el sector
hotelero balear debe acometer un proceso de renovación para
incorporar más y mejores servicios exclusivos y deportivos, con el
fin de hacer frente a una demanda «plural y especializada», así
como para contrarrestar un cierto grado de «obsolescencia» de los
establecimientos del archipiélago.
El conseller de Turisme, Joan Flaquer, en declaraciones a la
agencia Efe, aseguró ayer que «el proceso de modernización» de la
planta hotelera balear «está abierto desde hace años» y destacó que
es «imparable y no acaba nunca».
Y no consideró que el actual sea un momento en que la mejora de
los hoteles sea una necesidad especialmente acuciante, «los
esfuerzos de modernización y diversificación han de ser
constantes», afirmó.
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