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El rastrillo solidario que organiza la parroquia de Sant Pau junto a los vecinos de Son Dameto se puede considerar todo un clásico en estas fechas, ya que este año celebró su 12ª edición. El buen tiempo acompañó durante toda la jornada y muchos fueron los ciudadanos que se acercaron hasta el lugar para ver si enccontraban algún «chollo».

La verdad es que el rastrillo fue de lo más variado y se pusieron a la venta, a precios muy reducidos, gran cantidad de objetos como juguetes, libros, muebles, material informático, plantas, antigüedades o cuadros.

A mediodía se celebró una comida que consistió en una gran paella. El año pasado este rastrillo recaudó 8.275 euros y el dinero que se recaudó ayer será enviado a las víctimas de los huracanes que asolaron el sur de Estados Unidos y a los niños desfavorecidos de la región argentina de Nuevos Ríos.

R.D.