El president Francesc Antich reunió ayer al núcleo duro de la Administración autonómica (consellers, directores generales, secretarios generales, asesores y asimilados) y lanzó un mensaje claro: que todo el Govern es solidario y que los principios no son inamovibles y que «deben ser reformulados para adaptarse a la realidad que es cambiante».
En ningún momento de la reunión (en La Lonja, antes medios de comunicación y seguida de un cóctel, como si fuera un acto más enmarcado en el vuelco institucional operado en Balears tras las elecciones autonómicas) dijo expresamente que se estuviera refiriendo a Son Espases pero todas las personas consultadas por este diario lo entendieron así.
Incluso colaboradores del president dieron esta interpretación por buena. Antich dijo concretamente que hay que tomar decisiones sin dejarse atar por «juicios previos» y que hay que actuar «con el frescor intelectual necesario» y «aprovechar la experiencias de gobiernos anteriores».
Aunque, oficialmente, el Govern aún no ha tomado la decisión de construir en Son Espases el hospital de referencia de Palma (y no en Son Dureta) lo cierto es que varios cargos del Ejecutivo lo admiten claramente.
Este diario ya informó de que el proyecto sería reconducido y que Antich contaba para ello con el apoyo de UM. Los representantes de UM en la comisión de seguimiento de pactos (que se reunió ayer por primera vez) le explicitaron este apoyo. Los partidos del Bloc mantuvieron la propuesta de Son Dureta y propusieron «una tercera vía».
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