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FRANCISCO BARRASA
Mustapha Mouloudi, argelino de 44 años, aceptó ayer en la sección segunda de la Audiencia de Palma una condena de tres años de prisión por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, tras reconocer que a finales del pasado mes de abril condujo en una embarcación de su propiedad a 35 compatriotas desde Argelia hasta la costa de levante de Mallorca, a cambio de unos 3.300 euros por persona.

Maloudi, el primer patrón de una patera detenido, convicto y juzgado en Balears, se benefició penalmente de lo pacífico de la travesía de unas 25 horas, pues a tenor de las condiciones atenuantes contenidas en el artículo 318 bis del Código Penal reformado, las personas a las que transportó sin documentación para estar en España y con ánimo de lucro llegaron a su pactado destino en la Isla en perfectas condiciones físicas y psíquicas.

Pasaje a salvo
Hasta el juicio de ayer, Mustapha Maloudi se enfrentaba por su delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros a una petición fiscal de siete años de cárcel, correspondiente al tramo más elevado de los castigos para el que directamente promueva la inmigración clandestina de personas con destino a España y buscando un lucro monetario.

Sin embargo su defensor, el letrado Carlos Portalo, presentó a la fiscal una proposición de conformidad con una pena en la mitad inferior de las aplicables, esto es, de uno a cuatro años de prisión, al no existir entre el pasaje transportado en la embarcación ni incapacitados ni menores de edad, y al no haberse dado en la travesía merma en la salud o la integridad de las personas, hecho constatado tras el reconocimiento médico posterior a la detención de todos ellos.

Ante los magistrados de la sala juzgadora y asistido por un intérprete de árabe, Mouloudi manifestó ayer ser consciente de los términos de la acusación sobre su persona y del contenido preciso de la conformidad con la pena.

Así, reconoció como cierto el relato del ministerio público según el cual en horas no determinadas de los días 28 a 29 de abril de 2007, y con la intención de obtener un beneficio económico, transportó en calidad de patrón y a bordo de una embarcación de su propiedad, en una travesía de aproximadamente 25 horas, a no menos de 35 ciudadanos argelinos desde Argelia hasta la isla de Mallorca, los cuales le abonaron la cantidad de tres millones de dinares cada uno como pago por el transporte, y ello a sabiendas de que esas personas no disponían de la documentación necesaria para entrar y permanecer en España.

La embarcación, de motor intraborda, de 10 metros de eslora y 3 de manga, compuesta de fibra y madera, de las utilizadas habitualmente en el ámbito mediterráneo para labores de pesca, fue hallada por efectivos de la Guardia Civil de Manacor en situación de deriva a media milla de la costa, en la zona de Cala Mondragó, término municipal de Santanyí.

Tanto el ahora condenado como las demás personas que viajaron en la embarcación fueron localizados y detenidos en Porto Petro, en Cala Mondragó y en Barca Trencada, dentro del municipio de Santanyí, pero también en las inmediaciones del muelle de Paraires, en Palma, al que habían conseguido llegar en taxi y en transporte público con el objetivo de embarcar en un ferry hacia la Península.

Mouloudi llevaba encima un navegador GPS, lo que hizo obvio su papel en la travesía.