Los colores, la murta, el sonido de los xeremies, el ritmo seco del tamborino, el flabiol, el dringar de los cascabeles a cada salto, a cada paso, mocadors, Sant Honorat, el sol de invierno, el picarol, la barrota, la carota, todos ellos son elementos que juntos hacen fiesta, y si está en Algaida se le dice el ball dels Cossiers.
Sant Honorat en Algaida es fiesta. El día de la revetla las calles se llenan de foguerons y de gente que disfruta de la fiesta. El día del patrón la magia del espectáculo lo ponen los cossiers, que con sus bailes volvieron a honrar un año más el patrón del municipio, los siete danzarines y el dimoni perpetuaron la tradición.
L'oferta, les bombes, la Titoieta, o Flor de Murta fueron las danzas que salieron de los flabiols de Mateu Mulet y Mireia Oliver y de la xeremia de Alexandre Mulet.
Biel Bibiloni, Toni Barceló, Joan Antoni Oliver, Xisco Cerdà, Jordi Juan y Tomeu Salas fueron los Cossiers y, Joana Maria Llompart como Dama, y el Dimoni, fue encarnado por Mateu Joan. Todos ellos mostrarán estas seculares danzas a los centenares de vecinos que se acercaron hasta la Placeta de la Iglesia para disfrutar de este espectáculo invernal que estremece el espíritu de los algaidins y los amantes de la tradición y de los cossiers. Cada paso tiene su nombre, cada movimiento de los cossiers tiene su significado, trencats, galandencs, reverencias, peus enmig o vueltas conforman los diferentes bailes de estas danzas que se pierden en el origen de los tiempos.
Joan Socies
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