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El Terreno, uno de los barrios más emblemáticos de Palma, fue motivo de un itinerario guiado a cargo del historiador Gaspar Valero, dentro del programa Palma Fora Porta, del Area dÈducació, Igualtat i Drets Civics del Ajutament de Palma.

La visita, que reunió a alrededor de un centenar de ciudadanos, entre los que se sumó el presidente de la Associació de Veins, Àngel Domènech, dio comienzo en el colegio público Màxim Alomar, para dirigirse en primer lugar a la parroquia de la Mare de Deu de la Salut, cuyo edificio, erigido en 1894, adquirió su aspecto actual tras la reforma realizada por el arquitecto Forteza en 1924. Valero explicó la evolución experimentada por el templo desde sus orígenes en la segunda mitad del siglo XIX, que testimonia ya la existencia de un núcleo de población con personalidad propia, con necesidad ya en 1871 de celebrar bautizos y funerales y consolidado en 1910. En su interior, destaca la talla medieval del Santo Cristo junto a la de la vírgen, procedentes de Sant Nicolau Vell y Sant Nicolau de Portopí, respectivamente, además de pinturas de carácter religioso distribuidas en once capillas y otra mayor, dedicada al Santísimo.

La visita continuó por la finca que dio nombre al barrio y deriva de El Terreno del Real Patrimonio, referente al recinto del Castell de Bellver, documentada en el mapa del cardenal Despuig de 1784 y que acoge en la actualidad al centro de Natzaret. Sus jardines de estilo romántico, declarados Be d´Interés Cultural, se hallan en plena rehabilitación y antaño fueron motivo de inspiración a pintores como Santiago Rusiñol y Antoni Ribas. Testimonio primigenio del barrio es tambien la puerta de Son Catlaret, que conserva aunque en mal estado, el escudo real datado en 1777 y que marcaba el acceso a la casa del dibujante Cristòfol Vilella, una de las primeras.

El itinerario recorrió tambien las calles más altas, donde se encuentran algunas de las villas mejor conservadas o restauradas en fechas recientes, como la de Can Terrasa, ahora propiedad de la familia Cano, que data de 1883; Can Casasayas, de marcado estilo colonial, de 1905; la Casa Mirabel, donde residió Gertrude Stein; Can Ferra, que acogió a Ruben Darío y donde escribió «El oro de Mallorca», con una importante referencia al barrio. Cal Indiano, en la actualidad en manos de la baronesa Thyssen, constituye otro un representativo ejemplo de villa colonial rodeada por un amplio jardín y es una de las más antiguas, ya que data de 1867. En las inmediaciones se encuentra el magnífico edificio modernista del Hostal Corona, de 1908 y Villa Schembri, mansión que exhibe elementos propios del Art Nouveau centroeuropeo. Por desgracia, este formidable patrimonio arquitectónico y paisajístico se ve constantemente interrumpido por los bloques de pisos edificados entre los años 60 y 80, sin limitacion de altura ni la menor calidad estética.