La consellera Catalina Cladera había solicitado la comparecencia para poder explicar el operativo al resto de grupos parlamentarios. | M. À. Cañellas

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La consellera d’Hisenda, Catalina Cladera, atribuyó este martes la tragedia de Sant Llorenç a una fatídica combinación de una tormenta y una riada de carácter «excepcional» y la falta de alerta de estos fenómenos por parte de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La consellera comparecía en el Parlament a petición propia para explicar su gestión durante la crisis y su intervención fue una justificación de que poco pudo hacer el Govern para evitar la tragedia ante la suma de esas dos circunstancias. «Había una probabilidad del 0,002 por ciento anual de que lloviera de esa manera», dijo.

Cladera defendió la actuación de su equipo y aseguró que se actuó desde el primer momento, como prueba el hecho de que a las 21.07, cuando el Govern tomó oficialmente el control del operativo, ya había 200 personas trabajando en la zona. «Hemos actuado con todos los medios posibles y de la manera más efectiva que hemos podido, de acuerdo con los técnicos y con la información de que se disponía en todo momento», señaló.

La consellera hizo una prolija cronología de cómo se vivió la inundación minuto a minuto en el 112 e insistió en que la falta de una previsión meteorológica condicionó la actuación posterior.

Afirmó que, a partir de ahora, tocará hacer una reflexión sobre cómo se actuó y anunció cambios en los planes de emergencia para actualizarlos. «No podemos quedarnos en la lamentación de los hechos», dijo. Añadió que todos los organismos con responsabilidad en estas materias están «obligados» a hacer un análisis «exhaustivo, riguroso y bajo los criterios de expertos».

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También adelantó que se elaborará un mapa de riesgos de toda Balears y que habrá ayudas para que los municipios elaboren sus planes específicos ya que ahora solo unos pocos los tienen.

Insistió en que es necesario mejorar los servicios de predicción meteorológica con unos modelos más concretos, con más estaciones de control meteorológico, y anunció una reunión con la secretaría de Medio Ambiente del Ministerio para plantear los cambios necesarios ya que la alerta roja no llegó hasta las 22.21 de la noche.

Pero si en algo incidió Cladera fue en la necesidad de centralizar todos los servicios de emergencias en un único mando con la creación de la Agencia Balear de Emergencias y Seguridad Pública, es decir, que el Govern asuma el control real de los servicios de emergencias en las Islas. En esta línea incidió en la puesta en marcha de la Escola de Seguretat Pública de les Illes.

«Fue un fenómeno extraordinario que merece ser investigado y analizado por expertos con más detalle, pero todo comienza de una manera que no se pudo prever», concluyó la consellera, que insistió en que todas las decisiones tomadas fueron «técnicas».

Cladera dejó entrever la posibilidad de «acelerar» la presencia de un puesto permanente de la UME en Mallorca «si estamos todos de acuerdo, visto lo que ha pasado». Por la mañana había anunciado que habrá un puesto fijo en Eivissa.