Las mascotas se han convertido en los nuevos hijos. Tanto es así que inciden en el gasto familiar y en la nueva estructura de los hogares. En Baleares ya hay más hogares con perros que con hijos, y las farmacias venden más productos de salud animal que leche infantil. El gasto medio mensual por animal es de 130 euros para perros y 91 euros para gatos, según el Ministerio de Agricultura.
Este cambio en la sociedad se ha visto reflejado en la modificación de la demanda en productos de farmacia. Coincidiendo con el confinamiento de marzo de 2020, el incremento del valor del consumo de productos veterinarios creció un 84 % con respecto al mismo mes de 2019. Por su parte, en marzo de 2020, las leches maternizadas aumentaban su consumo un 34 %, con respecto a 2019. Así, durante el confinamiento se disparó el consumo de productos de salud animal, al tiempo que se producía también el «efecto acopio» en las leches maternizadas, según un informe de la Cooperativa Farmacèutica Cofares.
Sin embargo, un año más tarde, las curvas de demanda se cruzan y mientras se modera la demanda de productos para bebés sigue creciendo la de artículos de salud animal. En lo que llevamos de 2021, la demanda de productos de veterinaria se mantiene al alza y crece un 39 % con respecto a 2020. «Los medicamentos de prescripción explican el 80 % de la demanda aunque seguimos experimentando aumentos en parasitarios y neutracéuticos. La farmacia, sin duda, se ha convertido en un centro para el cuidado de las mascotas», explica Rafael López, director de Cofares salud animal.
Es un hecho que en pleno siglo XXI cada vez es más frecuente encontrarse con personas cuyas vidas giran en torno al cuidado de sus mascotas. Según el Registro Nacional de Animales, gestionado por el Col·legi de Veterinaris de les Illes Balears, la comunidad cuenta con 392.994 de mascotas en sus hogares, frente a los 307.600 unidades familiares con menores de 25 años. Entre estos animales de compañía, un 349.254 son perros; 42.148 son gatos; 566 son hurones y 1.026 son otras especies como peces, reptiles, pájaros y pequeños mamíferos como pueden ser los conejos.
Estas cifras evidencian un cambio en el estilo de vida y en los productos que ofrecen hasta el momento muchas de las farmacias. El amor incondicional por los animales es un negocio y los empresarios lo saben. «Los cambios en el estilo de vida tienen un claro reflejo en la demanda y el consumo de productos de salud en las farmacias y constatan que el interés por los animales de compañía, lejos de ser un entretenimiento o salvoconducto en tiempos de pandemia, se han asentado en los hogares españoles», asegura el especialista.
La salud es el gran negocio del sector de las mascotas y aumentan año tras año sus beneficios. Ha crecido la gama de servicios, que incluyen desde la medicina alternativa hasta la odontología con endodoncia y ortodoncia incluida. Algunos dueños con mascotas que necesitan cuidados especiales cuentan que los gastos no dejan de crecer: inyecciones para la alergia, pastillas diarias, revisiones y piensos ecológicos. De hecho, la alimentación es el segmento que más factura en cuanto a la salud de las mascotas, con un 66 % del total. Las ventas de accesorios y de servicios, como puede ser de peluquería o ropa, ascendieron hasta los nueve millones al año en España.
El negocio de los animales de compañía se extiende incluso en el momento de su fallecimiento. Despedir a uno más de la familia es también un negocio y el sector lo sabe. La muerte de un perro o gato es un duro golpe y el mercado ofrece distintas opciones, que van desde darle una sepultura en un cementerio especializado o recurrir a la incineración. En el caso de la cremación se ofrecen dos posibilidades: colectiva, que cuesta entre 50 y 70 euros, o individual, cuyo coste oscila entre los 250 y los 300 euros.
Aunque la opción de la incineración es la mayoritaria, en Mallorca existe la funeraria de mascotas Es Pas, situada en el polígono de Son Noguera en Llucmajor. Allí ofrecen un servicio individualizado, una sala de velatorio y un catálogo de urnas con diseño al gusto de los dueños. A pesar de que a la Isla todavía no han llegado, en la Península también existen cementerios especializados únicamente en mascotas.
27 comentarios
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El amor que te da el perro o el gato no te lo da ningún familiar humano, incluidos los hijos, que cuando les empiezas a dar problemas empiezan a planificar cómo deshacerte de ti. Ese es uno de los motivos del gasto mascoteril.
Cuando una parte de la sociedad es estupida no se puede hacer nada.
Es una cuestión de egoísmo. Por eso los niños deberían desgravar muchísimo, pues contribuirán a pagar la pensión a los que prefieren animales.
Las calles cada vez están más sucias de excrementos y orines de perros. Convendría poner una tasa municipal a los propietarios de los perros por hacer uso de forma privativa del dominio público, es decir, por sacar a los perros a ensuciar la calle, además de una multa por no recoger los excrementos, o no echar agua sobre los orines, como manda la ordenanza municipal. Por otra parte, también convendría poner un impuesto a las mascotas, un impuesto que financie a la Seguridad Social.
Evidentemente que se gasta más en salud animal que en leche materna. La inmensa mayoría de las madres no compran leche materna porque no dan biberón sino el pecho.
Nuestra sociedad se va a la porra, ya no cuidamos personas, cuidamos perros (y la mayoría no saben, así está todo meado y cagado)
El amor es un engaño para que la especie no se extinga. En este caso para que el mercado se expanda.
Muchas veces los animales suelen ser más agradecidos que los propios hijos.
@ Oler : Llevas TODA la razón.
Y qué !!! Algún problema ? A los que no estéis de acuerdo...os podéis poner a f....ar sin protección y como conejos.