«Hay un retroceso de las Humanidades en todos los oficios», lamenta el decano de la Facultad de Medicina de la Universitat de les Illes Balears (UIB), Miquel Roca. Sin embargo, este es un fenómeno que se acentúa todavía más en profesiones técnicas, como la de médico, y dejar de lado la sensibilidad que aporta la cultura puede empeorar la relación con el paciente. Para evitar esta dinámica, las asignaturas y los docentes introducen estos valores en sus clases a través de clásicos de la literatura, como León Tolstói, pero también mediante actividades reflexivas.
«Se requiere entender la importancia que tienen los valores de la gente a la que atiendes y para poder hacerlo de una manera humana debes de estar presente, empatizar, escuchar activamente y no ir con prisas», explica Mercè Llagostera, responsable de la asignatura de Cuidados Paliativos, que se imparte obligatoriamente en 5º de carrera. La doctora considera que las Humanidades facilitan el desarrollo de esta delicadeza con el enfermo, especialmente necesaria en el caso de las curas paliativas. De hecho, solamente el 10 % de las facultades españolas de medicina tienen una asignatura obligatoria de curas paliativas, entre ellas, la UIB, según el Atlas of Palliative Care in Europe 2019. «Somos afortunados», reivindica la doctora.
La muerte de Iván Ilich, de León Tolstói; Una muerte muy dulce, de Simone de Beauvoir; El hombre en busca de sentido, de Victor Frankl; Sobre la muerte y los moribundos, de Elisabeth Kübler-Ross; o Martes con mi viejo profesor, de Mitch Albom, son algunas de las lecturas que recomiendan a sus alumnos los profesores que imparten esta asignatura.
«Intentamos transmitir la importancia de que todo no es puramente clínico porque no atendemos enfermedades, atendemos a personas con circunstancias muy concretas», destaca Llagostera. También les aconsejan ver series como Doc o New Amsterdam, entre otras. «Los médicos de ficción representan un arquetipo que les puede ayudar a pensar qué les motivó a hacer esta carrera y qué actitudes quieren tener», apunta la docente.
Las recomendaciones, de hecho, van más allá de libros y series. En las prácticas los estudiantes deben de pasar un día con un grupo de cuidados paliativos, pero también con una unidad pediátrica. Los alumnos tienen que escribir una nota reflexiva sobre su experiencia, de una extensión de 300 a 1.500 palabras. Uno de los aspectos que se valoran es la capacidad de pensamiento crítico. Por otra parte, les animan a participar en un Death-Cafè, donde se habla de la muerte con naturalidad.
Optativa especializada
El 70% de alumnos de 2º curso de la UPF, unos 40 jóvenes, acude a la optativa de Humanidades que se imparte en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, según informó La Vanguardia. Sobre esto, Miquel Roca dice que en la UIB no es necesaria porque las materias Curas Paliativas, Geriatría, Ética Médica, Género y Salud y Comunicación y Salud ya incluyen estos valores. «Creo que se infiltran mejor en muchas asignaturas que en una sola que sea optativa, pero me parece bien que la oferten», opina. Como conclusión recuerda una cita sobre que los científicos tendrían que poder decir cuatro obras de Shakespeare y los de Humanidades explicar la termodinámica.
El apunte
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2 comentarios
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Es la primera facultad que yo sepa que no tiene catedráticos de las diferentes ramas de la medicina. Son , la mayoría , médicos que trabajan en la sanidad pública, cobrando un sobresueldo como "profesores" y por supuesto, ausentándose de su actividad asistencial, del hospital, por la cual ya cobra su sueldo integro. Es decir, mas ingresos, y menos asistencia sanitaria a los pacientes. Alguno de esos "profesores" ni aparecen por la facultad (me lo han dicho), mandan a alguien del servicio correspondiente para cumplir el expediente, y dinerín al bolsillo. Esta es la realidad de "nuestra facultad de medicina". Luego se extrañan que el 90% escoja Palma como última opción, y pasado el primer año piden traslado a otras facultades. Enm vez de becar a alumnos mallorquines a estudiar fuera según el nivel de ingresos familiares, se han metido en una vorágine de gasto, de profeosores , ayudantes, instalaciones, laboratorios de disección, etc.., para que al final la gente huya de aquí si no son mallorquines.
Bona mesura. Sense les humanitats no hi ha ètica. Ara falta a tots els graus d'economia, turisme.. que facin unes assignatures d'ètica empresarial i d'impacte social i ambiental. Si hi hagués aquestes assignatures, viuríem molt millor i a una societat més justa