Tomás Toranzo, durante su estancia en Mallorca, este fin de semana. | Teresa Ayuga

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Lleva casi tantos años de médico como de sindicalista. El presidente de la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CEMS), Tomás Toranzo (Zamora, 1955) acaba de presidir en Mallorca la Asamblea General de la Federación Europea de Médicos Asalariados.

¿Está la sanidad balear entre las mejores de España?
—Por lo que sé, no es una comunidad que pueda presumir de sanidad. Tiene carencias importantes como el problema de personal o las listas de espera. La sanidad no sólo es lo que se presta sino cómo se presta.

¿Quieren los médicos venir a trabajar a las Islas?
—Es un sitio atractivo pero tiene dificultades como la exigencia del idioma que retrae a mucha gente de venir. Aunque se pongan moratorias, el desarrollo profesional se ve lastrado por el idioma. Cuando el castellano lo entienden todos los nacionales, parece una frivolidad.

El idioma no frena a muchos de migrar al norte de Europa.
—Allí tienen otros condicionantes. Las condiciones retributivas de España, que difieren entre comunidades (de ahí que debe compensarse la insularidad), no tratan bien a los profesionales.

Parece que los sindicatos de médicos siempre piden cobrar más.
—Como todo el mundo. Pero la responsabilidad que tiene el médico y las exigencias de formación deben tenerse en cuenta porque el salario puede ser alto pero la retribución fiscal también lo es. Sobre todo estamos quejosos por la jornada extra obligatoria que son las guardias, con una gran carga asistencial. Antes eran expectativas de trabajo y ahora son una válvula de escape del sistema para saltarse listas de espera, con lo que hay más carga de trabajo que en una jornada ordinaria. Limitamos las consultas a una treintena de pacientes y se cargan las Urgencias, donde todo es imprevisible. Es un sistema que hay que revisar porque las nuevas generaciones no están dispuestas a esta servidumbre y quieren conciliar. Es que después de una mala guardia no se está en condiciones de ver a nadie, las posibilidades de error son importantes.

Es gran defensor de la especialidad de Urgencias, ¿la veremos?
—Si fuera por la Conselleria de Salut de Baleares no, porque fue la única que no apoyó su creación cuando ya existe en todo el mundo. Espero que sea una realidad antes del verano.

Ha visto pasar a muchos ministros de Sanidad, ¿con cuál se queda?
—Con ninguno, aunque con Ana Pastor se aprobaron tres leyes básicas importantes (el estatuto marco, la ley de cohesión y la de ordenación de profesiones sanitarias); y con Ernest Lluch, la ley general de Sanidad. Todavía nos falta el estatuto específico para la profesión médica.

2023 empezó con muchas huelgas autonómicas de su sector.
—En cuanto empezamos a reivindicar, tras la crisis, llegó la COVID. La pandemia ha tensionado y machacado a la profesión y han aflorado todas las carencias del sistema agudizando unas necesidades que venían de atrás. Todavía quedan cosas por hacer: el recorte de la paga extra, los trienios, el desarrollo profesional, el acabar con la temporalidad, adelantar o retrasar la jubilación de forma voluntaria... Y ahora el Ministerio ha puesto sobre la mesa la posibilidad de subir la exención de guardias a los 60 años, cuando es desde los 55. Te pasas un tercio de tu vida de guardia llega una edad en la que ya no quieres seguir haciendo esto. Hemos advertido de que, de seguir adelante, será casus belli. No estamos dispuestos a renunciar a ningún derecho en un momento en que necesitamos consolidarlos.

¿Hay que hablar de Atención Primaria?
—El problema es grave. Aunque sea un tópico, es la puerta de acceso al sistema sanitario y necesitan recursos. Pero la mala planificación y el desprestigio por cómo se ha gestionado hace que haya una falta de profesionales, y desemboca en que muchos ciudadanos no tengan acceso a la asistencia sanitaria diaria. Si eso no funciona distorsiona el sistema. El problema del déficit de médicos no es exclusivo de España, también pasa en Europa, de ahí las ofertas atractivas.

¿Y esto cómo se resuelve?
—Como no se resuelve es con parches. Se están contratando profesionales sin los requisitos de titulación. Primero hay que homologar el título de médico y, por ejemplo, el de Cuba no es homologable porque tienen menos estudios que una enfermera. Y después hay que convalidar la especialidad. Con esto se está mirando para otro lado. Desde diciembre del año pasado es una ilegalidad contratar a médicos que no cumplen con los requisitos de titulación que dicta la normativa vigente. Y Baleares es uno de los sitios en los que más se está contratando. Por otra parte, España es el segundo país con más facultades de Medicina por habitantes tras Corea y tampoco es normal que haya el doble de presentados en las pruebas para acceder a un puesto de médico interno residente (MIR) que las plazas que se ofertan.

Es uno de sus problemas.
—El MIR se está utilizando para cubrir las carencias del sistema. Estos profesionales van asumiendo responsabilidades antes de lo que deben, con una retribución escasísima.