Imagen de la terraza del Cristal, aislada con la valla de la obra en plaza de España. | Jaume Morey

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El último local consello cien por cien mallorquín de la plaza de España, el Bar Cristal, no solo sobrevive a las franquicias que se han ‘tomado' la emblemática zona, sino que además tiene que lidiar un año más con las obras de mejora del espacio. El motivo del retraso en su ejecución ha sido un nuevo hallazgo, esta vez tuberías antiguas de amianto que cruzan toda la ciudad. Se prevé ahora que estos trabajos finalicen en agosto de 2024 y esta decisión no ha sido comunicada con antelación a los bares y restaurantes afectados. «Cort no siente ningún cariño hacia nosotros», lamentan los hermanos propietarios.

La noticia que menos esperaban no es ni siquiera el retraso, sino que desde hoy deben ir retirando las mesas y sillas de su terraza porque «van a abrir un camino. La empresa constructora, de hecho, nos ha dicho que la semana que viene se reunirán con todos los propietarios porque ya hay fecha para que cada local retire la terraza durante tres semanas», explica Rubén Fernández, uno de los propietarios tras recibir ayer este comunicado por parte de constructores.

Tanto Rubén como su hermana Patricia no entienden que se tome esta decisión «cuando tenemos que pagar este mes el alquiler trimestral por ocupación de la vía pública». Desde que comenzaran las obras en la Plaza de España, en marzo de 2023, tanto el Bar Cristal como los bares y restaurantes colindantes fueron los primeros en verse afectados por esta larga reforma.

Pero fuentes del Consistorio han asegurado que avisaron a los propietarios después de que los medios de comunicación se hicieran eco del último hallazgo, y por otra parte van a comunicar a los propietarios de los locales afectados no solo la retirada obligatoria de su terraza sino que no pagarán la cuota el tiempo que estén sin usar la parte exterior.

«Desde que comenzaron las obras en la plaza de España «nuestra caja se ha reducido un 50 %», lamenta Rubén. Y aunque para ellos esta circunstancia no será motivo de cierre, sí es cierto que entre el ruido, el polvo que provoca las obras, la reducción de mesas y sillas en la terraza, etc. «nos podríamos plantear el traspaso. Pero es algo que no queremos. Lo único que pedimos a Cort es que nos tenga más cariño y nos cuenten las cosas antes y de forma continuada. Que se reúnan con nosotros».

Aseguran que desde que se fue el otro local mallorquín, el + Natural, el cual se trasladó a la calle Blanquerna, «nos sentimos muy solos. El resto son franquicias a las que no preocupa como a nosotros la obra porque tienen un público distinto», considera Rubén Fernández.

Una alternativa

Desde el Ajuntament de Palma han confirmado a este periódico que la intención es no dejar de lado a ningún establecimiento perjudicado. Tenían previsto finalizar la reforma a principio del año que viene, pero los continuos hallazgos y otros problemas lo impiden. «Yo no hablo de dinero o ayudas, sino de un sentimiento, de que nos presten más atención. No queremos informarnos por vías que no sean las oficiales del retraso hasta agosto de 2024. Pedimos más cariño», insiste Rubén, quien a su vez opina que una forma de dar más ánimo a los locales de la plaza de España sería colocar en las vallas de obra publicidad de los bares afectados. No descartan plantear esta propuesta cuando se reúnan con la empresa constructora y con Belén Soto, portavoz del equipo municipal.