El agotamiento del rol del cuidador es un síndrome que provoca que aquel que cuida de una persona dependiente, de manera prolongada en el tiempo, experimente un elevado grado de cansancio físico y emocional por la exigencia que ello conlleva. El cuidador quemado puede llegar a tener ansiedad o depresión; insomnio; irritabilidad; sufrir aislamiento social; o necesitar ansiolíticos y/o antidepresivos, entre otros síntomas y consecuencias.
Esta es una de las circunstancias por las que se puede solicitar una estancia temporal para la persona cuidada, pero no la única. Se puede acceder al servicio por convalecencia del cuidador (donde entraría el síndrome) o persona dependiente, por vacaciones del cuidador o por obras en el domicilio. En el primer caso la estancia máxima es de dos meses con opción a prórroga de un mes más; en el segundo, de un mes al año; y en el tercero, de hasta dos meses. En el caso de las vacaciones, el solicitante puede hacer la petición por registro electrónico a través de la página de IMAS o en los centros de General Riera, Inca y Manacor.
Esta ayuda está destinada a personas mayores de 65 años o para mayores de 55 con un grado de discapacidad reconocido del 65%, pero no es necesario contar con un grado de dependencia acreditado. Las personas que acceden a la ayuda firman un contrato temporal en el que se deja claro que al finalizar la estancia deben volver al domicilio familiar. En el supuesto de pedir el 'respiro' por convalecencia se debe hacer la solicitud a través de un centro de salud o de los servicios sociales y se necesita un informe de trabajo social o médico.
En estos momentos, de las 22 plazas, 12 están ocupadas y no hay lista de espera. Desde el Instituto señalan que si alguien solicitara ahora el recurso para el mes que viene abría una vacante «sin problemas». «Muchas familias solicitan el amparo por convalecencia porque el cuidador tiene que pasar una intervención quirúrgica, en este caso queda pendiente la fecha de entrada del mismo en el hospital para encajar la fecha del 'respiro'», señala la directora insular de Servicios Sociales, Infancia y Familia, Apolonia Isabel Socias.
No es de extrañar que no exista lista de espera para estancias temporales puesto que "en muchos casos los cuidadores desconocen este recurso", asegura Socias. El IMAS es el único que ofrece este servicio. Esta es una de las ayudas que ofrece para aquellos que padecen el síndrome del cuidador 'quemado', pero no es el único, también cuenta con un servicio de ayuda a domicilio a través del SAID, cuya valoración para optar a ésta corre a cargo de Dependencia del Govern.
Talleres orientativos
Puede que no en todos los casos el 'respiro' sea una opción, pero que los cuidadores requieran de una ayuda externa igualmente. Para ello, la Dirección Insular de Atención Comunitaria y Promoción de la Autonomía Personal ofrece talleres orientados a familiares cuidadores donde se brinda apoyo interdisciplinar para aligerar la sobrecarga psicosocial.
Se trata de intervenciones grupales a las que se pueden acceder a través de los servicios sociales comunitarios municipales básicos y de los centros de salud. Profesionales del ámbito sanitario, de la dependencia y social realizan sesiones específicas en las que se habla de prestaciones, nutrición, atención a personas con demencia o el estado emocional de los cuidadores, entre otros temas.
El objetivo de los talleres es preventivo y quiere asesorar a los cuidadores para que precisamente no desarrollen el agotamiento del rol del cuidador. Estas dinámicas están habilitadas en muchos de los municipios de la Isla, pero los equipos físicos se encuentran en Manacor, Inca y la periferia de Palma.
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