Oussama y Abdellah, argelinos que posan de espaldas. | Emilio Queirolo

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–¿Has robado?
«Sí, pero hace años cuando llegué a la Isla. Robé en un supermercado porque tenía hambre».
–¿Has pegado a alguien?
«Nunca».
–¿Has probado esas drogas?
«No, ni bebo. En la religión musulmana, todo eso es pecado».

Oussama , de 24 años, responde con tranquilidad después de que los vecinos de Son Gotleu hayan señalado a los argelinos y pedido su expulsión tras protagonizar una oleada de violencia en el barrio. Da su nombre, pero no su cara por miedo. Oussama ha vivido hasta hace muy poco en esa zona, conoce de primera malo a los argelinos «malos» –así los diferencia– y desde 2023 ha intentado reconducir a los nuevos que llegan en pateras, a no caer en la droga, a evitar que roben o peguen. A no ser violentos. «He sacado a pocos, porque la mayoría ya no pueden. Han jodido sus vidas y ahora quieren joder la de los recién llegados».

A Oussama le acompañan Abdellah y Bile (nombre ficticio). Ambos llevan años residiendo en la Isla. Se fueron de Son Gotleu porque «no nos gustaba lo que veíamos». Dicen que los conflictos más fuertes empezaron incluso antes de la pandemia. «Cuando salen de Argelia, llegan tocados. Se piensan que la vida aquí es fácil, pero no. Que quede claro que los gitanos y el resto de vecinos tienen razón en todo. Hay que echar a los delincuentes, pero no todos los argelinos somos malos», sostiene Oussama, afectado porque vio su bandera tachada en la concentración del viernes.

Los tres conviven ahora en s'Arenal. El último en llegar fue Oussama. Afirman que algunos argelinos «malos» de Son Gotleu se han desplazado entre esa zona y Platja de Palma. «Tienen miedo y no van a hablar con la prensa», nos advierten.

Oussama y los otros dos hablan porque sus vidas son distintas, y porque quieren contar la verdad de «un grupo de argelinos que no nos representa, ni a nuestro país y menos al Islam».

–Bile, ¿por qué te fuiste de Son Gotleu?
«Estaba teniendo problemas. Convivía con esos argelinos delincuentes. Pero no son malos».
–Roban y son violentos. No se puede justificar, no pueden ser buenos.
«Son buenas personas. Roban porque no tienen otra cosa. Nadie les ayuda, y créeme que muchos querrían salir», contesta Bile.

Oussama sí considera que son peligrosos y detalla su modus operandi: «Cuando llegan a Mallorca, les meten en el calabozo. Luego salen, sin nada, ni hay entidades que les ayude. Se van a Son Gotleu porque conocen grupos allí. Son muy jóvenes y cuando llegan les dicen: «¿Quieres comer? Pues empieza a robar». Estas personas no están bien, hablamos de unos 50 u 80 argelinos así. Las drogas Lyrica y Roche se las compran a yonquis. Cuando toman eso, pierden la cabeza. Están enfermos. Pero es cierto que, en mis años aquí, nunca había visto argelinos como estos. No entiendo cómo no tienen penas más grandes, en Argelia no pueden delinquir».

Todos han visto cómo las personas mayores están siendo víctima de numerosos robos, pero también los turistas en Magaluf. Advierten que la situación «puede ser mayor si no se hace algo, o si no se les expulsa».