El sondeo electoral vasco elaborado por el CIS ha encendido los
ánimos en la recta final de campaña después de que ayer IU
decidiera dar a conocer los resultados de la encuesta pese a estar
prohibida su difusión. Las críticas al Gobierno por este asunto
prosiguieron ayer. El PSOE aseguró que la única forma de explicar
el retraso es la intención del Gobierno de manipular, mientras que
el PNV cree que no se publicaron para evitar que el PSE se
desmarcara de los populares en la fase final de la campaña.
El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge
Fernández Díaz, aseguró ayer que sería poco presentable comentar
los resultados de la encuesta ya que estaría incumpliendo la ley.
Además, explicó que el Gobierno recibió la encuesta del CIS a
última hora del martes, por lo que «estábamos dentro de los cinco
días antes de la jornada electoral que establece la ley. «El
Ejecutivo ha cumplido escrupulosamente la legislación en este
caso.
Las explicaciones del Ejecutivo no convencieron a los partidos
de la oposición. El portavoz del PSOE en el Congreso de los
Diputados, Jesús Caldera, cree que sólo la manipulación y las
razones partidarias pueden explicar que la encuesta del CIS se haya
hecho pública por los cauces habituales. Según dijo, los
socialistas han intentado hoy que la Junta de Portavoces del
Congreso censurase al Gobierno por su actuación en torno al sondeo
del CIS, pero el PP lo rechazó. Fernández Díaz argumentó que el
trabajo de campo concluyó el día 25 de abril y la tabulación de los
datos el 28 del mismo mes, por lo que la entrega de la encuesta se
realizó en el plazo de quince días que establece la ley.
Por ello, el PSOE pedirá la comparecencia en el Congreso de los
Diputados del presidente del CIS, Ricardo Montoro, sumándola así a
la del ministro de la Presidencia, Juan José Lucas, ya solicitada.
Además, pedirán a la Junta Electoral Central que abra una
investigación sobre este asunto. Eso sí, Caldera coincidió con
Fernández Díaz en no comentar los datos, puesto que la ley
electoral lo prohibe.
Quien sí se refirió a los datos fue el PNV. Iñaki Anasagasti cree
que se trata de una encuesta maquillada, sobre todo en los escaños
del PSE. «Le da más de los que tiene, y esa es una de las claves,
porque tenían miedo que el PSOE se desmarcara de su mensaje, tan
pegado al PP», dijo. El Gobierno vasco estudia recurrir la entrega
del sondeo a los partidos.
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