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El presidente del Gobierno, José María Aznar, cree que el triunfo de la coalición nacionalista PNV-EA en las elecciones vascas del domingo es un espejismo, como demuestra el hecho de que la suma de sus escaños con los de EH es menor que en los comicios de 1998. Así lo dijo en la reunión del Comité Ejecutivo del PP, en la que también participó el candidato a lehendakari, Jaime Mayor Oreja. En sus discursos ante el Comité Ejecutivo del PP, tanto Aznar como Mayor Oreja analizaron los resultados electorales del 13-M en el País Vasco. Según fuentes del partido, el presidente del Gobierno aseguró que la victoria de la coalición nacionalista formada por PNV y EA es un espejismo, ya que los votos del nacionalismo son los mismos pero agrupados de diferente manera, en referencia a la caída de EH.

Para fundamentar este razonamiento, Aznar aseguró que la suma de los escaños que consiguieron las tres fuerzas nacionalistas (PNV, EA y EH) en 1998 era superior a la lograda el pasado domingo. Así, de 41 escaños, se han quedado en 40. Además, recordó que el aumento de votos del nacionalismo democrático se debe a esta caída de la coalición abertzale, a la que han dejado de votar 80.000 personas. Aznar continuó explicando que la fortaleza nacionalista se expresó en su día en el pacto de Estella, que firmaron PNV, EA, EH e IU-EB, y ahora se ha agrupado en torno al partido que preside Arzalluz. Sin embargo, esto no impide que, por vez primera, en el País Vasco se haya sentido la existencia de una verdadera alternativa de libertad, liderada por los populares.

Esto significa, dijo, que los procesos políticos necesitan una maduración, por lo que, al igual que dijo antes de la reunión el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, el partido está en una carrera de fondo hacia el Gobierno vasco que ganará el Partido Popular la próxima vez. Por eso, aseguró que el PP debe ejercer la labor de liderar la oposición defendiendo los mismos valores que hasta ahora.

En su análisis, Mayor Oreja, advirtió de una campaña del nacionalismo vasco para desmoronar la labor de la oposición y de los sectores que no han estado a su favor en los últimos años. Concretamente, la ofensiva se llevará acabo en cuatro frentes concretos: el PP, el PSE, el movimiento de la sociedad civil contra la violencia (que incluye asociaciones como 'Basta Ya', que pidió el voto en la campaña para los partidos constitucionalistas) y los medios de comunicación no afines al nacionalismo.