El debate en torno al sucesor de José María Aznar continúa. El
vicepresidente del Gobierno y ministro de la Presidencia, Mariano
Rajoy, reconoció ayer la existencia de un pacto entre el secretario
general, Javier Arenas, y los vicesecretarios del PP, Rodrigo Rato,
Jaime Mayor Oreja y el propio Rajoy, para apoyar al aspirante que
resulte elegido.
El ministro destacó la necesidad de que el PP «siga siendo un
bloque unido» y descartó por ello que vayan a crearse bandos
internos dentro del partido en apoyo a los distintos aspirantes. La
sucesión de Aznar está dando mucho que hablar. Aunque para evitar
posibles desequilibrios dentro del partido, los candidatos a
suceder a Aznar han pactado evitar fisuras y respaldar al candidato
elegido. Y es que el PP «no quiere tirar por la borda todo el
trabajo y el esfuerzo realizado para convertirse en una gran fuerza
política por un problema de elección de candidato», según destacó
Rajoy, quien recordó el «duro trabajo» llevado a cabo por la
formación a lo largo de la historia democrática española.
El ministro de la Presidencia aseguró no ver ninguna pista
sucesoria en la última remodelación del Gobierno realizada por
Aznar, y descartó además la posibilidad de que vayan a formarse
bandos internos en el partido de apoyo a un candidato a otro, ya
que, según explicó, el PP debe presentarse «como un bloque unido,
un equipo con las ideas claras y con un programa claro». En este
sentido, Rajoy negó también que haya familias dentro del Partido
Popular. «Yo no lo percibo así dentro del partido, no lo he
percibido en los años que llevo y particularmente en los últimos
tiempos», añadió el ministro.
Precisamente, en esa necesidad de unidad dentro de la formación
hicieron hincapié otros dirigentes del PP, como la coordinadora de
Acción Sectorial, Ana Mato, y el coordinador de Formación y
Estudios del PP, Eugenio Nasarre. Para Mato, no existe riesgo de
que a medida que se acerque el proceso sucesorio puedan surgir
fisuras en el seno del partido ni bandos de apoyo a los distintos
posibles candidatos. En la misma línea se pronunció Nasarre, quien
destacó que el PP es consciente de que la unidad «es uno de sus
mejores patrimonios y el que más valora la sociedad».
La fecha elegida para la elección del sucesor está fijada para
después del verano de 2003, según señaló Rajoy, que además aseguró
que «no se ha debatido» si la fecha podría adelantarse justo antes
del verano, después de las elecciones municipales y autonómicas.
«Hay un acuerdo tácito dentro del partido de que esto lo haremos
después del verano del año que viene» sentenció el ministro de la
Presidencia.
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