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Cada vez queda menos para que el presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, deje la primera línea política. Su propósito es mantener las riendas de CiU hasta que fructifique el proceso de federación, en el Congreso que se celebrará a finales de 2004. Pero Pujol condiciona estos plazos a los resultados electorales del próximo mes. «Si como esperamos los resultados son buenos me podré marginar más. Si no, a lo mejor tendré que continuar más», dijo.

«Sigo siendo presidente de la Generalitat y tengo que hacer de presidente». Con estas palabras, en una entrevista concedida a TVE, Pujol se aferra al cargo que ha ocupado durante 23 años, y que abandonará en poco más de un mes. «No he escrito mi epitafio», dijo, ya que seguirá siendo lo que ha sido «desde los 16 años, devoto de Catalunya».

Ahora, su tarea es «consolidar» el proceso federativo de Convergencia i Unió, en el que «tengo algo que hacer y que decir». Sus planes de retirada sólo se torcerán si su sucesor, Artur Mas, no consigue la victoria en las próximas elecciones autonómicas. Una vez se celebre el Congreso de CiU, «ya se verá». «Desaparecer de la vida política no lo sé, pero a mí me gustaría quedarme lo más al margen posible», dijo. Pese a todo, el respaldo de Pujol a Mas, a quien él mismo designó como su sucesor, es absoluto. «Tengo que intentar explicar a la gente que igual que ha confiado en mí durante 23 años lo hagan otra vez con Mas», explicó.