Zapatero calificó de «digno» y «coherente» su desprecio a los aliados de España en la guerra de Irak.

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El PP y el PSOE se acusaron ayer de politizar y de hacer una utilización partidista del desfile celebrado ayer con motivo de la Fiesta Nacional, en el que José Luis Rodríguez Zapatero permaneció sentado al paso de las banderas de los países que integran la brigada Plus Ultra y de EEUU y Polonia.

El secretario general socialista explicó ayer que su actitud de no ponerse en pie al paso de «la representación de las fuerzas ocupantes» en Irak es un gesto de «desacuerdo, coherente» con una posición mayoritaria en contra de la guerra y del «sometimiento» de los intereses de España al dictado de EEUU.

«Permanecí sentado -mientras el PP vitoreaba a esa representación- como gesto de desacuerdo por la utilización de nuestras Fuerzas Armadas y de la bandera para justificar un acto político del Gobierno y por coherencia con la posición que he mantenido y por lo que ha sido la expresión mayoritaria de los ciudadanos en contra de esta guerra injusta», aclaró.

En la conferencia de prensa tras la reunión de la Ejecutiva de su partido, el líder del PSOE pidió a José María Aznar que explique la «desvergüenza» que supuso que el Gobierno «utilizara» la Fiesta Nacional para convertirla en «un acto partidista de apoyo a una guerra ilegal» y para «justificar» la posterior «ocupación» de Irak.

Zapatero, quien lamentó la «reincidente utilización de las instituciones» por parte del Gobierno para «justificar lo injustificable», precisó que el Ejecutivo no había informado a su partido de cómo iba a transcurrir el desfile militar.