El líder socialista extremeño, que defiende una «España única»,
consideró que los nacionalismos son perjudiciales para el país e
insistió en que son una opción política, que como el PSOE o el PP,
se puede combatir.
Aclaró que esta medida, que no impide a los nacionalistas
presentarse en su territorio a las elecciones generales, pretende
conseguir que el Congreso represente «la soberanía nacional» y no a
una pequeña porción de España «que rompa el concepto de país».
Ibarra aseguró que esta propuesta persigue «acabar» con la
«pesadilla de los nacionalismos» que «especulan con sus votos» para
«llevarse cuatro duros» y les restaría poder. Vaticinó que, de
llevarse a cabo, estos partidos podrían desaparecer en «diez o doce
años».
Lamentó que la «discusión sobre el ser y estar en España» está
impidiendo hablar de los problemas reales de los ciudadanos, y
restó importancia al debate de quién se lleva más o menos dinero,
porque aseveró que lo que realmente importante es que los
nacionalistas estén «robando» la historia de España.
Subrayó que esta historia «irreconocible», en la que algunos son
Estado «desde hace no sé cuanto tiempo», es lo más «peligroso» para
la unidad de España. Sólo PP, PSOE e IU estarían representados en
el Congreso si prosperase la modificación electoral que propone
Ibarra, ya que sólo estas formaciones políticas superaron en 2000
el 5 por ciento de los votos en el conjunto del Estado.
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