Tras la «broma» del euro, Trillo se ve inmerso en otra polémica.

Tras la «broma» del euro, Trillo se ve inmerso en otra polémica.

OTR PressMadrid22/02/04 0:00
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No ha pasado ni una semana de la «broma» del euro que gastó el ministro de Defensa, Federico Trillo, cuando éste ya se ha visto inmerso en otra polémica. En un mitin del PP en la localidad alicantina de Santa Pola, Trillo llegó a asegurar que le hubiera gustado haber accedido al cargo hace ocho años para «tomar Perejil» entonces. Tanto el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, como el del IU, Gaspar Llamazares, criticaron con dureza a Trillo, del que dijeron incluso que «se ha vuelto loco».

Trillo retomó el viernes un polémico asunto, el conflicto entre España y Marruecos por el islote Perejil, culminación de una crisis diplomática que duró más de un año. «No es que yo tenga interés en pasar un año como el que acabo de pasar, os soy sincero, pero me hubiera gustado solamente para una cosa, me hubiera gustado, mis queridos santapoleros, los que tengáis alguna vinculación con la mar y con los pescadores, ¡hombre!, haber tomado la isla Perejil ocho años antes y que nuestros pescadores pudieran pescar en las aguas de Marruecos, caramba», fue lo que dijo.

Estas palabras de Trillo se producen poco después de que el propio ministro de Defensa anunciara que el presidente del Gobierno, José María Aznar, se desplazará el miércoles al acuartelamiento de Rabasa, en Alacant, para condecorar a los 64 militares del Ejército de Tierra y los dos pertenecientes a los Cuerpos comunes, que tomaron parte en la recuperación de Perejil. Este acto viene posponiéndose desde octubre de 2002, para no afectar las delicadas relaciones entre España y Marruecos.

El discurso de Trillo ha generado fuertes críticas entre los líderes de la oposición. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que las palabras del ministro «se valoran por sí mismas». «Hay dirigentes políticos que ponen de manifiesto la culminación de toda una trayectoria política», dijo. A su juicio, «los ciudadanos quieren oír hablar de ideas, principios, convicciones, razones de futuro y hechos para cambiar y transformar». «Estoy seguro de que lo último que quieren oír son cosas como las que ha dicho Trillo», sentenció.