Unas 10.000 personas según los organizadores y 3.500 según la policía asistieron a la manifetación de Madrid.

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La Fiesta del Trabajo se convirtió ayer en España en un grito unánime de rechazo al terrorismo y en un homenaje a las víctimas de los atentados del pasado 11 de marzo en Madrid, que fueron recordados con ofrendas florales, crespones negros y minutos de silencio. Miles de personas (10.000 según los organizadores y 3.500 según la policía) participaron en la manifestación de Madrid.

Fidalgo explicó que ambos habían querido iniciar el día con un acto «breve pero muy sentido y simbólico», de recuerdo a los fallecidos. Méndez también quiso expresar la «emoción, conmoción y recuerdo» por los trabajadores fallecidos en el atentado y que «hoy hubiéramos querido que caminaran con nosotros por la paz, el derecho al trabajo y una sociedad libre y justa».

El dolor por las víctimas, el mal tiempo generalizado y el reciente cambio de Gobierno hicieron que este año el Primero de Mayo tuviera un carácter más austero, menos festivo y reivindicativo que en anteriores ocasiones.

En Madrid, los secretarios generales de UGT y CC OO, Cándido Méndez y José María Fidalgo, comenzaron la jornada en la estación de Atocha, donde depositaron sendos ramos de rosas y guardaron un minuto de silencio ante el improvisado altar que los ciudadanos han ido creando con poemas, velas, fotos y todo tipo de dedicatorias.

Desde Atocha, los líderes sindicales se dirigieron a la plaza de la Cibeles donde comenzó la manifestación convocada con el lema «Constitución Europea: para la paz, el pleno empleo y el bienestar. No al terrorismo», que transcurrió bajo una intensa lluvia y el constante boicot de los trabajadores de Sintel, que hicieron todo el recorrido hasta la Puerta del Sol increpando y abucheando a Fidalgo con gritos de «traidor, embustero, mentiroso y sinvergüenza».

Una vez en la Puerta del Sol, donde se volvió a guardar un minuto de silencio por las víctimas del 11-M, Fidalgo dijo a los asistentes, a duras penas y entre los abucheos y descalificaciones de los ex empleados de Sintel, que este 1 de Mayo está marcado por los «ecos del dolor de la ofensiva terrorista», que siempre «se ceban en los trabajadores».

«Unos trabajadores -dijoque hoy reclaman en toda Europa las mismas cosas: paz, libertad, democracia, empleo seguro y con derechos y el reforzamiento del modelo de protección social».