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Todos los grupos parlamentarios menos el PP votaron ayer sí en el pleno del Congreso a la convalidación del decreto ley de derogación del trasvase del Ebro, recogido en la ley del Plan Hidrológico Nacional (PHN) en 2001. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, aseguró que el plan aprobado en el decreto ley dará «más aguas con más calidad, mejor gestión, mejor uso y restauración ambiental», con más de un centenar de actuaciones, de las cuales sólo 20 son desaladoras.

Por su parte, los diputados del PSOE puestos en pie dieron una ovación de varios minutos a la ministra al término de su discurso. La ministra de Medio Ambiente defendió el real decreto ley de derogación del trasvase del Ebro, que incluye actuaciones urgentes para «dar agua a Catalunya, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía».

Además, se aprobó por unanimidad la tramitación de este decreto ley como proyecto de Ley. Al inicio de la sesión, más de una veintena de diputados del PP recibieron a la ministra de Medio Ambiente con gritos y carteles con el lema 'Agua para todos'. El presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Marín, pidió que dejaran a la ministra intervenir y expresaran sus opiniones en su turno y dejó que exhibieran los carteles durante toda la intervención de Narbona.

La ministra ofreció que este decreto ley sea tramitado como proyecto de ley, incluyendo en el mismo las tarifas del agua y el compromiso de realizar una evaluación estratégica ambiental. Además, anunció que revisará «todos los planes de cuenca a la luz de la directiva marco del agua».

Narbona recordó que la razón del cambio de opinión de los grupos parlamentarios que en su día apoyaron el trasvase es que fueron «engañados», según expusieron en el Senado. Además, afirmó que «los informes de la Comisión Europea fueron todos contrarios al trasvase del Ebro». La nueva política del agua del Gobierno del PSOE pondrá el énfasis en «la buena gestión de la demanda», ya que hoy todavía «no se puede decir cuánta agua se consume, ni cuánto se paga», comentó la ministra, quien negó agua gratis «como si fuera España un país subdesarrollado».