El presidente Rodríguez Zapatero, durante la rueda de prensa que ofreció ayer en la ciudad de León.

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EFE/EUROPA PRESS-MADRID
El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, opinó ayer que la propuesta de reforma del Estatut de Catalunya necesita «alguna reflexión» para adecuarla al interés general y a la Constitución. La reacción de Zapatero al Estatut, del que dijo que no tiene «ni una posición de rechazo ni de asumirlo sin más», contrastó con la del líder del PP, Mariano Rajoy, quien le acusó de haber «engañado» a sus votantes y de consentir un texto que rompe el consenso de la Transición y con el que «la soberanía nacional queda troceada».

Zapatero, en un acto en León, se mostró seguro de que al final se dará respuesta a las aspiraciones de Catalunya, aunque admitió la conveniencia de «encauzar» el Estatuto durante su tramitación en las Cortes Generales para que «sea absolutamente respetuoso con los principios constitucionales y el interés y el bien comunes». El modelo de financiación y las relaciones entre la Generalitat y el Estado son los principales aspectos sobre los que es preciso reflexionar, según el jefe del Ejecutivo, quien no vio tantas objeciones en lo referente a la inclusión del término «nación». Sobre este punto, recalcó su confianza en que se pueda compatibilizar el reconocimiento de la «fuerte identidad de Cataluña» con lo que fija la Constitución.

Rajoy responsabilizó a Zapatero de «romper la igualdad entre españoles» y de poner en riesgo la «vigencia» de la Constitución y «la integridad territorial de las fronteras de España». El presidente del PP advirtió de que «un irresponsable, por muy presidente del Gobierno que sea, no le va a ganar a la inmensa mayoría de los españoles». «Este Estatuto separa a Cataluña de España», opinó Rajoy, quien acusó a Zapatero de haber «engañado» a sus votantes y de «incumplir sus obligaciones» de velar por la soberanía nacional.