La casa de la calle Polvorín ya ha sido derribada | Jaume Morey

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Ayer por la mañana los técnicos del Ajuntament de Palma permitieron el regreso de los últimos vecinos desalojados tras el derrumbe de un edificio en la calle Polvorín, en concreto en el número 7. Los afectados que ayer volvieron a sus domicilios viven en la calle Robert Graves, número 94.

En total, 28 personas tuvieron que ser realojadas por el Ajuntament en albergues y otras instalaciones municipales ya que los arquitectos municipales recomendaban el desalojo de los inmuebles colindantes por seguridad. El resto de residentes, la gran mayoría, pudieron ser alojados en casas de familiares o amigos.

Esta semana el Consistorio terminó de derribar la vivienda siniestrada de la calle Polvorín, que a finales de febrero sufrió graves daños por un derrumbe tras unas obras de reforma, aunque no hubo daños personales. El Ajuntament se ha hecho cargo de manera subsidiaria de los trabajos de derribo de la estructura, ya que los arquitectos municipales declararon la ruina total del inmueble y sus propietarios no podían hacer frente al coste.