Imagen de la fachada del viejo estadio Lluís Sitjar. | F.F.

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Se trata de una de las barriadas más pobladas de Palma, en la que concentración humana se suma al importante legado histórico que acumula en algunos de sus rincones, además de algunas cuentas pendientes que desde Cort se van saldando poco a poco. Es Fortí puede presumir de muchas cosas, pero especialmente de un tejido vecinal unido y cohesionado que sirve de nexo entre la calle, la realidad del barrio y el Ajuntament de Palma y su coordinador de distrito.

Salvador Maimó está al frente de la Associació de Veïns de Es Fortí, que reúne a poco más de doscientos socios, aunque es en las redes sociales donde son especialmente activos, con más de cinco mil seguidores en Facebook, además de tener una web y otras cuentas en otras plataformas. Desde hace más de 30 años, se encargan de mantener viva la vida vecinal, con sus tradicionales fiestas estivales, previstas este año del 2 al 21 de septiembre.

Imagen de la iglesia de Sant Sebastià. Foto: F.F.

La primera parada en el recorrido por es Fortí nos traslada a un lugar emblemático y cargado de historia. El Velódromo de Tirador sigue a la espera de la intervención final por parte del Ajuntament de Palma para englobarlo dentro del mapa de la Falca Verda. Actualmente, la que fuera sede del Veloz Sport Balear está okupada y su singular 'xalet', obra del arquitecto Gaspar Bennàssar en 1918, rodeado de hojas y demás objetos que plasman la dejadez en el lugar que vio rodar a los mejores ciclistas del mundo, con Guillem Timoner a la cabeza. Pintadas en las plazas conmemorativas y la hierba creciendo sobre la pista y en las antiguas instalaciones de pádel y el aparcamiento hablan del deterioro de un lugar en el que está prevista una actuación desde Cort, pero que acumula años de dejadez y desidia.

Imagen de la pista del Velódromo de Tirador. Foto: F.F.

El colectivo vecinal reclama que se conserve la casa, catalogada, además de la pista. Y que pueda ser utilizada, si llega el momento, por los residentes en la zona, que tienen un punto de encuentro en el Casal de Barri, incluso algunos en el Centro Militar de es Fortí, en el que solicitan su uso compartido llegando a un acuerdo con Educación para que pueda ser usado en horario lectivo por los colegios de la zona.

La conectividad de es Fortí es buena, contando con las líneas 6, 8 y 40 de la EMT y nuevas paradas, accesibles. La labor de Emaya, al igual que en otros barrios, es un punto favorable, reseñando su mayor implicación desde hace meses, aunque entre las peticiones de la asociación vecinal destaca la presencia de un peón o acompañante en el momento de realizar la recogida selectiva para retirar los desperdicios que quedan fuera de los contenedores.

El Parc de sa Riera, sin apenas sombra a plena luz del día. Foto: F.F.
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A nivel de seguridad, no reportan «problemas más allá de algunos puntuales, como de ruidos», agradeciendo la actitud y la comunicación con el Policía de Barrio. Eso sí, donde inciden especialmente es en el capítulo de movilidad, sufriendo una alta densidad de tráfico, pero especialmente unos grandes problemas de aparcamiento al limitar con la zona ORA, que ocupa parte del barrio.

Mirando hacia el Parc de sa Riera, recalcan la ausencia de sombras y el mal estado de algunos árboles, pese a ser un punto emblemático dentro del barrio. A su vera, de lo que fue el estadio Lluís Sitjar apenas queda la histórica puerta, víctima en más de una ocasión del vandalismo y donde Cort tiene previsto crear un área deportiva con un pabellón de referencia.

Aparcamiento de la Plaça Barcelona. Foto: F.F.

A pocos metros, la Plaça Barcelona concentra esas peticiones de aparcamiento, además de estar ya en marcha la mejora de una pequeña zona ajardinada para hacerla más accesible a los vecinos, que lamentan el incivismo por parte de los dueños de animales de compañía o domésticos, que defecan en ese espacio, además de hacerlo sobre infraestructuras como farolas y postes, que acaban dañados a medio o largo plazo por ello. Ahí también solicitan rellenar los huecos de los árboles. En marcha están el paseo peatonal y el carril bici que desde la Plaça Barcelona unirán es Fortí con Son Cotoner, permitiendo a la vez acceder a sa Riera.

A medida que regresamos al epicentro de es Fortí, destaca la elevada silueta de la torre de la Plaça Madrid, el edificio más alto de Baleares, con 72 metros de altura y 24 pisos, que preside la entrada en un espacio en el que el parque infantil es otro foto de peticiones por parte de los vecinos, que solicitan sombra en la zona para los más pequeños, además de encontrar una solución para los juegos, elaborados con un metal que arde en verano.

El edificio más alto de Baleares, ubicado en la Plaça Madrid. Foto: F.F.

Es Fortí está dotado de todo tipo de infraestructuras, a las que se suman hoteles urbanos que contrastan con otras más tradicionales como la iglesia de Sant Sebastià, en cuyas proximidades resulta complicado estacionar. Ahí radica la primera gran petición de los vecinos a Cort, con un aparcamiento subterráneo en la Plaça Barcelona como opción, además del aprovechamiento del solar de Lluís Sitjar y el desarrollo total del proyecto y plan de la Falca Verda. La plantación de árboles en sa Riera y el citado mantenimiento de infraestructuras deterioradas por las heces o la sombra en las zonas infantiles son otras de las reivindicaciones que ya han trasladado al Ajuntament de Palma, con el que la relación es fluida.