Imagen de Eloy, el indigente que ha acampado este martes frente al Consolat de Mar en Palma para refugiarse del mal tiempo. | Fernando Fernández

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Una tienda de campaña entre el Consolat de la Mar y la Llotja de Palma sorprendió este martes a multitud de ciudadanos y turistas que paseaban por el Passeig Sagrera. Su inquilino es Eloy, malagueño de 44 años, que optó por instalarse a escasos metros de la sede del Govern balear para resguardarse de las intensas lluvias que cayeron en la Isla.

Eloy, que lleva muchos años afincado en Mallorca, vive en la calle y es habitual verle por la zona de la Llotja en Palma. Motivos de fuerza mayor le llevaron a acampar en un espacio que prevé abandonar a primera hora del miércoles para no causar problemas, porque su único objetivo era ponerse a buen recaudo de las inclemencias meteorológicas. No teme que las fuerzas de seguridad le inviten a marcharse, sólo pide un margen de unas horas para hacer frente a una situación tan adversa como la suya. Incluso bromea con la situación: «Si quiere salir Prohens y darme unos euros serán bienvenidos», dice entre risas.

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Asegura que vivir en la calle «es muy duro» pero que prefiere buscarse la vida allí donde puede antes que acudir a Ca l'Ardiaca, donde comenta que ha tenido malas experiencias con otros usuarios, ya que ha sufrido robos y agresiones cuando trató de usar las instalaciones. Tiene móvil, pero lo carga cuando puede y su contacto con el exterior, más allá de su día a día en la calle, es limitado.

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Ha estado trabajando este verano de socorrista en Cala d'Or y la Colònia de Sant Jordi, pero padece un problema hepático que le afecta a la movilidad de las piernas y está pendiente de una ecografía para conocer el alcance de una dolencia que agrava su situación. Su acampada resultó tan llamativa como circunstancial, puesto que su intención no era otra que poder pasar unas horas y volver a su rutina en cuanto el tiempo se lo permita.