El suministro de agua potable a los residentes en las afueras del
núcleo urbano de Alaró está pendiente de un informe sobre los
niveles de caudales y presión. El equipo de gobierno (PSM y PP)
manifestó en el último pleno su intención de facilitar el agua a
estas fincas «siempre que con ello no se ponga en peligro el nivel
de presión del agua en el resto».
A finales de la pasada legislatura, cuando aún gobernaba el
PSOE, el Ajuntament aprobó un reglamento de servicios de agua en el
que se garantizaba que todos aquellos residentes en zona rústica
que así lo solicitaran dispondrían de agua potable.
La oposición socialista se interesó en si el actual equipo de
gobierno cumpliría con ese reglamento y numerosos vecinos afectados
acudieron al pleno para aclarar por qué algunos de ellos disponen
de agua y otros no. «Si algunos vecinos tienen agua es porque las
conducciones llegan al pie de su finca», aclaró el alcalde, Josep
Gomila, que aseguró que «existe el compromiso de llevar agua a las
fincas y así será en cuanto se hayan hecho los estudios e
instalaciones necesarias».
Por otra parte, el PSOE se abstuvo en la propuesta del equipo de
gobierno de instar al Govern a estudiar la posibilidad de llevar el
tren hasta el centro de Alaró por considerarla «excesivamente
cara».
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